Islamismo: lecciones del globalismo francés

Después de negar durante años la existencia de barrios al margen de la República y de culpabilizar a la sociedad francesa de la radicalización de los yihadistas, Macron presenta un plan para combatir el islamismo en Francia.

«La sociedad francesa es responsable por la radicalización de muchos musulmanes en las ciudades galas, porque maltrata a los jóvenes que viven en barrios apartados y que son fácilmente influenciables por el islam radical». Con estas palabras se refería Enmanuel Macron, en la campaña de las elecciones presidenciales de 2017, a uno de los principales problemas que padece Francia: la existencia de comunidades musulmanas que imponen la sharía, viven al margen de la sociedad y educan a niños y adolescentes en el odio al “infiel”.

Con las elecciones a la vuelta de la esquina, el globalista francés da un giro en su discurso y presenta un plan para combatir el islamismo y erradicar la financiación de imanes y mezquitas. Una propuesta de carácter electoralista que carece de la suficiente envergadura para frenar la islamización y su ataque frontal a la forma de vida y raíces de nuestro continente.

España debe aprender la lección: el globalismo permite y alenta la creación de sociedades islámicas en Europa que se rigen por la sharía y desprecian las leyes y costumbres de los países de acogida.

Tenemos derecho a decidir qué tipo de inmigración queremos. En VOX abogamos por una inmigración ordenada, legal y asimilable a nuestras costumbres y necesidades económicas. Los españoles no vamos a pagar la factura del capricho multiculturalista de unas élites desconectadas de la vida corriente.