Las cesiones del PP de Feijóo dan alas al nacionalismo gallego

Las cesiones al nacionalismo en Galicia han sido la tónica habitual de la legislatura de Núñez Feijóo.

El presidente de la autonomía gallega y actual candidato del Partido Popular a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, ha convocado elecciones regionales para el 5 de abril. Existe un controvertido silencio mediático respecto a la tibieza que el presidente de la autonomía ha mantenido frente a las imposiciones del nacionalismo gallego.

El PP de Feijóo ha sido el responsable de exigir el gallego como un requisito básico sin el cual los españoles ven imposibilitada la posibilidad de concurrir a cualquier oposición a la administración pública en el ámbito educativo. El compromiso de Feijoo con esa nueva identidad llamada «galleguidad» ha quedado reafirmado con la aprobación, en 2012, de subvenciones cuyo coste total fue superior al 1.2 millones de euros y con otras medidas como la distribución gratuita de libros escolares en gallego (discriminando, por tanto, al español tal y como ha denunciado la asociación Hablamos Español).

Además, el gobierno popular mantiene una costosa televisión autonómica (97.2 millones de euros públicos) cuyo principal objetivo es el fomento de la división y la discordia en el seno de la misma sociedad gallega (imitando, con ello, el modelo catalán establecido por Pujol y TV3).

Feijóo evidenció sus cesiones al nacionalismo durante una conferencia en el Cercle d’Economia, tal y como señaló el líder de VOX, Santiago Abascal, en su cuenta de Twitter. Como es habitual, el PP se conforma con cerrarle el paso a otros partidos del consenso progre como el PSdG o BNG, sin embargo, cuando llega al poder aplica las políticas propias de la izquierda.

Feijóo aseguró que Galicia era «una nación sin Estado», siguiendo la línea política impuesta por el PSdG o el BNG.  Santiago Abascal denunció las palabras del presidente y explicó que «la única nación de los gallegos es España».

VOX se ha constituido como la verdadera alternativa social, patriótica y de extrema necesidad, especialmente en zonas como Galicia, donde el Partido Popular lleva aplicando una agenda proclive al nacionalismo demasiado tiempo.