El Partido Popular se ha vuelto a oponer a las enmiendas de VOX. En esta ocasión, ha sido un conjunto de enmiendas que la formación que preside Abascal ha presentado a la moción para instar al Gobierno a que las medidas de ahorro energético planteadas para todos los sectores productivos sean solo recomendaciones y no imposiciones.
En concreto, VOX solicitaba que España abandone el Pacto Verde Europeo; la elaboración de un Plan Nacional de Soberanía Energética; el impulso de la explotación de los recursos naturales existentes en España; destinar el importe íntegro recaudado por los derechos de emisiones de CO2 a rebajar la factura eléctrica de los españoles; y promover las reformas legislativas pertinentes para suprimir impuestos sobre el consumo de electricidad.
La senadora de VOX por Andalucía, Pepa Millán, ha explicado al PP que «de poco sirve pedir rebajas fiscales si apoyan los mismos postulados de la izquierda en nombre del fanatismo climático y de la Agenda 2030», que «que ha derruido centrales térmicas, han vaciado embalses y se han destruido presas que ahora nos harían mucha falta».
«No caben titubeos»
Millán ha defendido que «sólo VOX representa una verdadera alternativa social y patriótica a este Gobierno» y ha avanzado al PP que «tendrá que decidir algún día con quién quieren estar: si con las agendas que se deciden fuera de nuestras fronteras al margen de la voluntad del pueblo español o con los españoles».
La senadora ha insistido en que «cada día que pasa sin que le pongamos fin a estas políticas impulsadas por el fanatismo climático abrazado por la izquierda y la derecha, pagan los españoles», y ante eso, «no caben titubeos».
Además, ha recordado que, tras el abrazo de la izquierda a la religión climática, «que condena a nuestras familias y empresas a la pobreza energética», se encuentra la imposición de las élites, que no han elegido los españoles.
La senadora andaluza ha recordado a la bancada popular que, cuando VOX hablaba, hace ya mucho, de soberanía energética, «todos ustedes se reían y nos ridiculizaban», y ahora, «intentan subirse al carro, pero sin éxito porque comparten la misma agenda».