El senador de VOX por Murcia, José Manuel Marín, ha reprochado hoy al ministro de Universidades, Manuel Castells, su desaparición durante la pandemia, mientras que «la comunidad universitaria buscaba respuestas sobre cómo debía empezar el nuevo curso». De este modo, sin planes para una situación que, debió estar lista y planificada hace meses, ha agravado el comienzo del curso universitario.
Si bien el senador ha extendido el descontrol y falta de previsión a todo el Ejecutivo: «No es achacable a usted sólo, sino al Gobierno en pleno, especialmente a su presidente».
Marín ha aprovechado su intervención en la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades, que se celebra hoy en el Senado, para criticar al ministro que haya «desaprovechado una oportunidad única para colocar a la universidad española como referente mundial en la investigación contra el coronavirus”. «Podía haberse convertido en un ministro para recordar, pero al final será un ministro para olvidar”, le ha advertido.
Discriminación
El senador ha criticado que, mientras países como Canadá, Francia o Alemania han realizado esfuerzos para la investigación de la vacuna con sus respectivas universidades, España se ha quedado atrás. Además, ha denunciado que el Ejecutivo impidiera a la Universidad de Navarra que fabricara y distribuyera test masivos desde el mes de marzo, por el hecho de ser «privada y pertenecer a una orden religiosa».
El senador se ha referido también al clima de coacción ideológica que se vive en el seno de la universidad española. «Hay profesores que revientan conferencias o consiguen la cancelación de conferencias. Esos grupos son de extrema izquierda y se declaran antifascistas. Esto provoca que las libertades de expresión y cátedra, consagradas por la Constitución en su artículo 20.1, y esencia misma de la institución universitaria», ha denunciado.
Por otro lado, Marín se ha referido al bajo nivel de las universidades españolas: sólo una figura entre las 200 mejores del mundo, según el ranking de Shangai (ARWU 2019). Es una representación muy inferior a la que cabría esperar por el peso de nuestro país en el mundo.
Respecto a las plantillas de profesores, el senador ha lamentado que la Universidad «está tan envejecida entre 2016 y 2023 va a perder 16.200 docentes. Un panorama, ha dicho Marín, «que alarma a las universidades, que desde que estalló la crisis han visto cómo sus plantillas menguaban y precarizaban por falta de fondos, y las bajas tasas de reposición de los jubilados».
Bajo nivel de esfuerzo
Respecto al alumnado universitario, Marín ha lamentado que el nivel de exigencia sea cada vez más bajo: «Los nuevos requisitos para acceder a las becas, en los que primarán únicamente los niveles de renta de los alumnos». «No se trata de aumentar sustancialmente el número de alumnos que accede a la Universidad, sino que el acceso debe ser también una cuestión intelectual», ha explicado.
Si bien el senador ha celebrado que se aumente el presupuesto de becas ante la actual crisis económica, se ha mostrado inquieto porque se rebajen los requisitos, los méritos académicos, para poder optar a una.
