El campo español, en lucha por un precio justo

Los agricultores españoles continúan con sus movilizaciones frente a la inactividad del gobierno de España.

El pasado fin de semana se produjeron diversas manifestaciones en diferentes regiones de nuestro país. Tarragona, Guadalajara, Murcia y Mérida (Extremadura) vieron a muchos de sus agricultores protestar por los precios injustos que reciben al comercializar sus productos.

En la ciudad extremeña se concentraron alrededor de 1.500 personas (según las fuentes de la delegación de gobierno) mientras que, la marcha más multitudinaria, fue la que se produjo en la región de Murcia, que congregó a más de 7.000 personas y 400 tractores.

Las diferentes asociaciones de agricultores ya han señalado que las movilizaciones se prolongarán, al menos, hasta mediados de marzo. En ellas se reivindica una solución para el problema que genera la entrada de productos de otros países fuera de la Unión Europea cuyo precio es más económico (en parte debido a que la burocracia bruselense impone regulaciones muy exhaustivas a los agricultores autóctonos, que obvia en el caso de los productores extracomunitarios).

A finales de enero comenzaron las primeras manifestaciones en la localidad de Don Benito (Badajoz) y allí, ya desde los primeros momentos, acudió el diputado Víctor Sánchez del Real, en representación de su partido, que siempre se ha mostrado partidario de apoyar las reivindicaciones de nuestro campo. Una vez las manifestaciones se trasladaron a otras regiones españolas, numerosos representantes de la formación (Manuel Mariscal, Ricardo Chamorro) se acercaron a sus respectivas circunscripciones a interesarse por la situación de los agricultores.

En España el campo ha sido un sector tradicionalmente ignorado. Se pensaba que con las ayudas europeas (PAC) nuestros agricultores iban a tener lo suficiente para sobrevivir. Nada se decía, por aquel entonces, de los sectores (como el hortofrutícola) que se quedaban fuera de este reparto y, además, se confiaba en que los agricultores franceses se movilizarían en el seno de la UE para defender los intereses conjuntos del campo español y francés.

Finalmente, cuando las protestas llegaron a la sede del Ministerio de Agricultura en Madrid, el mismo líder del partido, Santiago Abascal, junto con otros representantes como Reyes Romero o la portavoz en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, se acercaron para trasladar su respaldo a las demandas de los agricultores.

Con las protestas de estos últimos meses el campo español demuestra su hartazgo. Los políticos tradicionales son los responsables de este olvido «consciente». Sin embargo, dentro del arco parlamentario actual el partido de Santiago Abascal sí que ha propuesto algunas medidas para solventar los principales problemas del campo. Entre ellas destacan el impulso a un nuevo tipo de política exterior que defienda a nuestros productores y que favorezca un acuerdo arancelario con Estados Unidos que resulte más favorable a los intereses de nuestros agricultores (especialmente al sector del aceite y a los aceituneros), que la subida del salario mínimo no repercuta en un aumento de las cargas sociales de los empresarios españoles (fundamentalmente PYMES) o una bajada de los impuestos del combustible y el agua para estos sectores.