La propuesta del Gobierno en las negociaciones pasa por limitar los ERTE por fuerza mayor únicamente a hoteles, agencias de viaje, aviación y teatro, dejando fuera a otros sectores especialmente damnificados tales como el comercio y la hostelería.
De esta manera, más de medio millón de trabajadores españoles quedarían fuera de los ERTE con el plan del Gobierno, que desde el principio se arrogó la defensa de los trabajadores, pero ahora es incapaz de cubrir las necesidades derivadas de su propia gestión. Así, serían cientos de miles los que quedarían institucionalmente desamparados por Sánchez e Iglesias.
Además, la mayoría podrían ser despedidos debido a que sus empresas ya tienen vía libre para realizar extinciones sin la necesidad de tener que devolver las ayudas recibidas.
Según los propios datos de la negociación, de los 700.000 trabajadores acogidos hoy a un ERTE, únicamente 190.000 podrían acogerse a la protección por fuerza mayor, siendo cientos de miles los perjudicados.
De consumarse finalmente esta decisión, implicaría un nuevo golpe al trabajador español, uno de los más afectados del mundo por la pandemia debido a que somos uno de los países que más contagios por habitante ha sufrido así como uno de los más perjudicados económicamente, con una caída del Producto Interior Bruto que ha encabezado la de los países de nuestro entorno.
Además, llama especialmente la atención el paro en los más jóvenes, también a la cabeza de la lista en nuestros países cercanos, superando el ya dramático 40%.
Nuestro país ha sufrido uno de los confinamientos más duros de Europa, pero, a pesar de ello, nuestros indicadores económicos han descendido a unos mínimos difícilmente equiparables a los de los países vecinos, esto es, hemos tenido el peor gobierno posible en el peor momento posible.