Entrevista a Jorge Buxadé en Remix News (Hungría) sobre soberanía y el futuro de Europa

«Creo que en toda Europa hay un renacer de los movimientos que reclaman respeto a la nación frente a las políticas identitarias y de enfrentamiento de la izquierda»

Entrevista publicada originalmente en inglés en Remix News.


¿Por qué Vox no participó a la Conferencia sobre el futuro de Europa, cuyas conclusiones se presentó en el Parlamento Europeo el 9 de mayo?

Yo soy miembro de la Comisión de los asuntos constitucionales y pedí al inicio del proceso participar pero no pude hacerlo porque se incumplía las normas de género. Necesitaban que fuese una mujer y yo por supuesto soy hombre y por eso no pude participar. Y el 9 de mayo no participamos en este espectáculo inaceptable que se dio en el Parlamento Europeo, porque ya la semana pasada Vox junto a todo el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos rechazamos las conclusiones de esta Conferencia sobre el Futuro de Europa. Fundamentalmente es un proceso antidemocrático por el que se hace pasar por la opinión de «los ciudadanos» lo que es la opinión de unos pocos elegidos por las fuerzas globalistas con la presión de los lobbies.

¿Concretamente, quién eligió a esos participantes a esa conferencia?

El equipo que ha organizado la Conferencia para el futuro de Europa, en el que destacaba la figura de Guy Verhofstadt, que es el más insigne federalista y contrario a las naciones que tenemos en el Parlamento Europeo. Ha sido un proceso perfectamente dirigido y orquestado desde el principio, cuyas conclusiones ya estaban escritas desde el principio, y que tiene por finalidad provocar un cambio en los tratados, un cambio de la estructura de la Unión Europea, seguir quitando competencias a los estados Miembros, creando nuevos organismos y agencias europeas, y sobre todo acabando con la regla de la unanimidad.

Durante la semana que precedió la presentación en el europarlamento de las conclusiones de la Conferencia sobre el futuro de Europa, hubo un enésimo debate sobre Polonia y Hungría en el Parlamento Europeo, con el voto de una moción para criticar de nuevo esos dos países y exigir sanciones. ¿Cómo explicas esa obsesión de una mayoría de eurodiputados con esos dos países?

Los federalistas, los globalistas, las oligarquías de Bruselas no admiten opiniones diversas. En el mismo modo que quieren mantener en un cordón sanitario al grupo I&D o a partidos como Vox, quieren también creer un cordón sanitario a los gobiernos de Hungría y de Polonia. Es una pretensión absolutamente totalitaria por parte de esas falsas élites de Bruselas, es pura ideología. No admiten la soberanía de Hungría y de Polonia, de sus parlamentos y de sus gobiernos como por desgracia vemos que puede suceder también si a un momento Vox llega –que llegará– al gobierno en España. No tiene nada que ver el estado de derecho.

¿Piensas que si hubiese un gobierno de Vox con el PP pasaría lo mismo o sólo con un gobierno de Vox únicamente?

Creo que la izquierda y los liberales en el Parlamento Europeo rechazarán cualquier gobierno en el que esté Vox, o en el que esté Fratelli d’Italia como por supuesto los gobiernos en los que está Fidesz o el partido Ley y Justicia. No admiten que hay millones de europeos –cada vez más– que están en contra de esta deriva federalista de las instituciones de Bruselas y que quieren una Unión Europea distinta que respete a los estados miembros, que respete la soberanía y que se preocupe de las cosas verdaderamente importantes, que son las que afectan a las cuatro libertades. Tenemos que volver constantemente a recordar que la Unión Europea se fundamenta en garantizar esas cuatro libertades, en proteger la economía europea, el principio de preferencia comunitaria y dentro del principio de prioridad comunitaria el principio de prioridad nacional.

Me parece que en plena crisis de refugiados de Ucrania, y con la guerra en este país vecino de Polonia y Hungría, era un muy mal momento para atacarlos de nuevo sobre el estado de derecho, las leyes LGBTI y el aborto.

Es que eso les da igual. En realidad las instituciones de Bruselas llevan acumulando crisis tras crisis. Empezamos con la crisis de la constitución europea del 2004, luego llegó la crisis del euro, la crisis de los refugiados, la crisis del Covid, la crisis energética, ahora Ucrania… Es crisis tras crisis. Y lo que hacen es esconder sus errores en un ataque permanente a Polonia y Hungría. Lo que quieren es cambiar el gobierno de Polonia y cambiar el gobierno de Hungría. Y por eso cuando el pueblo polaco o el pueblo húngaro dan sus votos a Viktor Orbán y a Mateusz Morawiecki, rechazan eso como antidemocrático, y los que actúan de forma radicalmente antidemocrática son esas elites, las oligarquías de Bruselas, porque esos parlamentos nacionales reclaman para sí respeto a sus naciones, a sus leyes, a sus tradiciones y a su cultura. Es lo que por ejemplo también reclama Vox para España.

Una de las cosas que son fuertemente criticadas por la Comisión, que aún bloquea los fondos de reconstrucción Next Generation EU, es la ley de protección de los menores de Hungría, que fue adoptada el año pasado. A mí me parece que España también necesitaría una ley de este tipo ahora. ¿No es así?

Si, por supuesto también en España es necesaria una ley que devuelva a los padres el protagonismo en la educación de sus hijos y que garantice que cuestiones tan íntimas como la educación sexual de unos hijos no se realice por lobbies ideológicos con intereses muy concretos. Los padres son quienes más quieren a los hijos. Tienen el deber de educar a sus hijos de acuerdo con sus propias convicciones. Vox también defiende que los lobbies no entren en las aulas para adoctrinar a los niños en España. Es una cuestión de derechos fundamentales y es una cuestión de no intromisión de los lobbies en las leyes aprobadas por los parlamentos nacionales.

En Castilla y León ahora gobierna el PP con Vox: ¿Quiere decir eso que no va a haber un nuevo intento para imponer una ley de adoctrinamiento LGBTI y a la ideología del género en las escuelas? Hubo un intento con el gobierno anterior del PP con el partido centrista Ciudadanos…

Efectivamente, es una cuestión fundamental. El acuerdo de investidura garantiza respetar la libertad y el derecho de los padres y el derecho de los hijos a no ser adoctrinados por los lobbies en los colegios de Castilla y León.

¿Cómo valora Vd. esa coalición regional con el PP? ¿Funciona bien?

Por ahora funciona muy bien y estamos empezando a caminar. Hay muchísimas cosas a hacer. Durante cuarenta años, Castilla y León ha sido una región abandonada por los gobiernos socialista y popular, y nosotros queremos poner los intereses de los agricultores, de los ganaderos, de la industria en Castilla y León, y sobre todo solucionar un problema muy grave que es el de la despoblación que hay en Castilla y León… y la falta de empleo. Queremos centrarnos en crear empleo, en respetar las tradiciones, en respetar la cultura y en promover la prosperidad de las familias de Castilla y León. Creo que es posible que ese gobierno de Vox y del Partido Popular sea un ejemplo de cómo podemos construir una alternativa al pensamiento progre.

¿Sería posible esa tipo de coalición en otras regiones como en Andalucía después de las elecciones de junio y, quizás, también a nivel nacional?

Nosotros hemos dicho claramente que no vamos a apoyar jamás un gobierno de la izquierda en España. En España tenemos la izquierda más radical de Europa, una izquierda que pacta con el comunismo y pacta con el separatismo que quiere romper España. Y por tanto tenemos la mano tendida al Partido Popular, pero no solo para gobernar, sino para cambiar las políticas de la izquierda que han dominado en España durante últimos cuarenta años. Por lo tanto, es el Partido Popular él que tendrá de decidir en cada caso si prefiere a unirse a la alternativa que es Vox o, por el contrario, prefiere pactar con el Partido Socialista. Nosotros confiamos que el Partido Popular entienda qué quieren y necesitan los españoles y se una a nuestra alternativa política.

¿Qué cambiaría por parte de España al nivel europeo, en Bruselas? ¿Sería una España gobernada por el PP con Vox más un aliado de Polonia y Hungría, por ejemplo en materias de respeto de las soberanías nacionales de políticas de inmigración?

Yo creo que esto sería fundamental. Sería fundamental ir a Bruselas con exigencias, ir a Bruselas a defender los intereses de los españoles. Dos cuestiones muy importantes las que has señalado. Uno: el respeto a las leyes nacionales, a la soberanía que se pone de manifiesto por ejemplo en la soberanía alimentaria, proteger a nuestros agricultores frente a la llegada de productos agrícolas producidos en el extranjero, que compiten deslealmente con nuestros productores, y muy especialmente la protección de la frontera sur. La frontera sur de Europa amenazada por la inmigración ilegal, masiva, por las mafias del tráfico de seres humanos. Creo que son dos cuestiones en las que la voz de Vox en las instituciones en Bruselas sería muy importante para configurar una alternativa también a ese objetivo federalista y globalista. Sin duda, Vox se uniría a todos aquellos gobiernos que quieren construir una Europa fuerte, desde el respeto a la soberanía, a las constituciones y a las competencias de los estados miembros.

¿Qué piensan en Vox de la reelección de Emmanuel Macron como presidente de Francia? ¿Es una buena noticia para Europa y para España, comparado con si hubiese vencido Marine Le Pen?

Yo creo que no es una buena noticia para Europa. Emmanuel Macron se ha caracterizado por afirmaciones como por ejemplo su voluntad de incluir el falso derecho al aborto en la Carta de derechos fundamentales, y es un líder político que se une a esas élites, esas oligarquías de Bruselas frente a los intereses de los trabajadores, de las clases populares. Nosotros creemos que Macron además ha demostrado al largo de la crisis de Covid una ausencia de respeto a los derechos fundamentales igual, por ejemplo, que Pedro Sánchez en España que declaró dos meses de estado de alarma declarados inconstitucionales por nuestro Tribunal Constitucional. Queremos una Europa que respete los derechos de las personas, los derechos de las familias y que trabaje por las empresas y los trabajadores europeos de nuestras nuestras naciones, y no vemos en Macron alguien dispuesto a defender la soberanía de los estados miembros.

¿No pienses que es una lástima que Marine Le Pen y Éric Zemmour no puedan aliarse para las legislativas en Francia y que sólo lo hace la izquierda que de este modo será probablemente la principal oposición a Macron en el próximo parlamento después de las elecciones de junio?

Nosotros desde Vox no queremos decirle a los franceses cómo tienen que organizarse. Máximo respeto a nuestros amigos franceses. Marine Le Pen ha demostrado que es capaz de unir al más del 40% de los votantes franceses en una segunda vuelta y el proyecto de Zemmour supuso la introducción de debates en la política francesa que quizás no estaban en primera línea. Eso es bueno. Y por tanto deseamos que sean capaces de desarrollarse al máximo de sus capacidades, pero repito: Vox es sumamente respetuoso con las decisiones de estas organizaciones políticas.

En Francia hay una fuerte demonización de la derecha tanto de Le Pen como de Zemmour mientras que la izquierda, aunque se agrupa en torno al islamo-izquierdista radical Mélenchon, incluso con los comunistas como en España, no es presentada como una amenaza para la democracia. ¿Sucede lo mismo en España?

Sucede lo mismo en España y es fundamentalmente porque durante más de cincuenta años la derecha no ha dado la batalla. La derecha política en todas las naciones de Europa, o por lo menos en España, o en Francia, y también en Italia, ha ido cediendo terreno a la izquierda. Y en movimientos como Vox en España estamos dispuestos a dar la batalla en todos los frentes: a defender la persona, la familia, la nación, la libertad, el derecho a la propiedad, el orden, la protección de las fronteras… Todos estos temas durante décadas, la derecha ha renunciado a su defensa. Ha ido retrocediendo en toda Europa y por eso la izquierda cree vivir en una situación de superioridad. Pero creo también que estamos revirtiendo la situación. Creo que en toda Europa hay un renacer de los movimientos que reclaman respeto a la nación, a sus derechos, a sus competencias, y también un renacer de un sentimiento en favor de la persona, de la familia frente a las políticas identitarias de la izquierda que quiere dividir las naciones y enfrentarnos: a hombres y mujeres, o a padres contra hijos.

Para nosotros lo que constituye nuestra identidad es ser españoles. La izquierda destaca otros rasgos como el hecho de ser hombre o mujer, la sexualidad, o otras identidades que dividen la nación. Lleva años dividiéndonos incluso en España haciéndose aliada del separatismo, de los partidos separatistas y globalistas que quieren romper la unidad de España que para nosotros es algo extremamente valioso.