Las zonas rurales, unas de las más azotadas por los efectos de la pandemia

La emergencia sanitaria ha puesto de manifiesto las carencias que sufren las zonas rurales en España.

La crisis que atraviesa nuestro país, tanto sanitaria como social, ha puesto de nuevo sobre la mesa la dura realidad de las zonas rurales en España, tanto en lo referido a la movilidad como a la hora de garantizar el abastecimiento de recursos básicos.

Son muchos los lugares que se han visto afectados por la falta de suministros, una carencia que no se ha circunscrito a la atención alimentaria o sanitaria, sino que también ha abarcado la educación y el seguimiento de las clases virtuales de niños con un acceso a internet más limitado.

Escolarización y recursos

Así pues la problemática es triple: escolarización, recursos y asistencia sanitaria se ven mermados en mitad de una cuarentena que, en el caso de las zonas rurales, afecta significativamente a los más mayores, pues muchos de ellos no pueden valerse por sí mismos o el aislamiento condiciona la llegada de los recursos que precisan.

«El aislamiento no es necesariamente sinónimo de soledad, pero la combinación de las dos cosas es un algoritmo pésimo», subraya el coordinador general de Cruz Roja en un artículo publicado en El Mundo a este respecto.

Sector primario

El maltrato a estas zonas es doble, pues además se ven notablemente perjudicados por las políticas agrícolas derivadas de la falta de ayudas en el sector primario, algo que se suma a los ya se por sí devaluados precios en el sector.

Sobre esta cuestión, VOX recoge lo siguiente la medida 98 de las Las 100 medidas para la España Viva: «Revisar el modelo de aplicación de la PAC de forma que las ayudas lleguen en mayor medida a quienes gestionan directamente las explotaciones agrícolas y viven principalmente de ello. Fomentar que las ayudas conduzcan a la mejora y optimización de la explotación».

Además, en la medida 54 nuestra formación plantea fomentar la renovación del parque de maquinaria con convocatoria de planes que tengan continuidad y rebajar los impuestos directos del gasóleo agrícola (combustible, fertilizantes, herbicidas, plásticos) por encarecer los costes de producción.