Santiago Abascal

Abascal señala a Sánchez por destruir embalses en mitad de una sequía histórica: ‘Se supera siempre’

A continuación, el discurso íntegro pronunciado por el presidente de VOX, Santiago Abascal, en la tribuna del Congreso tras la comparecencia del presidente del Gobierno el 19 de abril de 2023:

 

“Señorías, al señor presidente del gobierno, al señor Sánchez, le gusta montarse en el avión y pasearse por Europa y por el resto del mundo tanto como le disgusta pasearse por España.

Del mismo modo, al señor presidente le gusta extenderse y adornarse en sus intervenciones, tanto como le disgusta enfrentarse a verdades concretas y preguntas concretas.

Y el resultado de estas premisas, señorías, es el de tediosas mañanas como esta en la que hemos vivido un mitin del Partido Socialista. El señor Sánchez sube aquí y habla de lo que le da la gana, mejor dicho, miente sobre lo que le da la gana. Yo creo que haría bien, como le indicó el profesor Tamames, en limitarse a mentir sobre el asunto de la comparecencia.

Regresa el señor presidente de sus viajes en reactor, como si fuera uno de esos millonarios a los que tanto admira y nos suelta un sermón, aún nos queda el segundo que suele ser más largo y más tedioso, lleno de asuntos fuera del orden del día, de lugares comunes, de falsedades, de negocios climáticos, de sumiso globalismo y de acuerdos que otros han tomado otros por él. O que ha tomado él, sin contar con nadie, como es el caso que nos ocupa de la política con Marruecos, pero que no sabemos por qué poderosa razón lo ha hecho. Porque eso no nos lo cuenta, por mucho que el señor Sánchez se alargue en sus intervenciones no dice ni una sola palabra sobre eso.

Y ese secreto que guarda respecto a sus pactos con la monarquía alauita, que ni siquiera le recibe cuando va por allí, resulta que es una de las causas, quizá, por las que no le gusta pasear por España. Porque hace muy poco, en uno de los mítines del señor Sánchez, una de las asistentes le hacía esa pregunta y le gritaba entre abucheos ‘¿Cuánto le ha pagado Marruecos?’ Señorías, entenderán que yo no voy a reformular esa pregunta tan capciosa.

Pero reconocerán todos ustedes, (probablemente también muchos de los diputados de la izquierda) que antes de empezar a dar lecciones sobre cómo funciona el mundo, bastante insoportables ya a estas alturas de legislatura, sería bueno que el señor Sánchez nos respondiese a preguntas mucho más sencillas y mucho más concretas. Por ejemplo:

-¿Qué es lo que ha motivado el cambio, sin consultar absolutamente a nadie, en contra de su Gobierno, en contra de este parlamento, en contra de su programa y en contra de sus propios votantes de nuestra política internacional en la frontera sur?

-¿Cómo es posible que, de un día para otro, el señor Sánchez asuma la postura marroquí sobre el Sáhara, cuando había empezado su legislatura trayendo ilegalmente a España a uno de los jefes del Frente Polisario? Puede anotarlas y nos las contesta.

-¿Cuánto ha costado, en miles de millones de euros, las consecuencias de enemistarnos con Argelia en plena crisis del suministro de gas y el momento en que los españoles peor lo estaban pasando para pagar las facturas energéticas a final de mes?

-¿Por qué no se ejecutó la orden de expulsión del marroquí que acabó sembrando el terror y la muerte en Algeciras, asesinando a uno de nuestros compatriotas?

-¿Quién da la orden de callar ante las afrentas de las cámaras legislativas marroquíes reivindicando la anexión de nuestras ciudades de Ceuta y Melilla, que son históricamente españoles antes de que existiese el reino de Marruecos?

O nos podría decir, si tal y como publica un periódico, cesó a la ministra de Exteriores una semana después de que se lo pidiese Marruecos. Es decir, ¿nos podría decir si Marruecos pone y quita ministros en España?

También nos podría contestar, ¿por qué se perjudica y persigue a nuestra agricultura, prohibiendo trasvases, permitiendo que Marruecos multiplique sus exportaciones en detrimento de las nuestras, o subvencionando incluso el acceso al agua en Marruecos, mientras se le niega a Murcia, Alicante, Almería y al resto de la España sedienta?

Además de todo esto, y de los millones en subvenciones a fondo perdido que se dan a Marruecos, nos podría decir si les ha prometido usted algo más desde aquí a diciembre. Estaría bien que la cámara de la soberanía nacional lo supiese.

Y, por último, ¿les ha avisado usted a sus interlocutores en Rabat de que todos los acuerdos que usted ha tomado solito, de espaldas a este parlamento y los españoles, no comprometen a España ni al futuro Gobierno de España? ¿Se lo ha dicho? No.

Es raro, señorías, y ustedes como yo saben que es muy raro, sobre todo teniendo en cuenta que al señor Sánchez no le gustan nada los desplantes personales, y que el rey de Marruecos ni siguiera se dignó a recibirle, como le recordaba el señor Tamames para gran enfado de los que se sentaban en el banco azul.

Por cierto, algún día hablaremos de algunas de las cosas que les dijo aquí el señor Tamames y, como es habitual, no fueron contestadas. Dijo cosas muy interesantes sobre lecciones de economía básica que vendrían muy bien incluso al doctor Sánchez hasta poner de manifiesto los rollos que usted suelta en la tribuna sobre asuntos por los que no le hemos comentado o están fuera del orden del día de las comparecencias, o incluso cuando les comentaba eso que tanto les gusta a ustedes sobre la memoria democrática, sobre quién precipitó e inició la guerra civil en España.

Pues, aun así, a pesar de los desplantes que tan poco le gustan al señor Sánchez, el presidente del Gobierno ha mantenido una actitud sumisa ante nuestro vecino. Un vecino con el que hay que llevarse bien, sin ninguna duda, pero una actitud sumisa cambiando una política internacional sin encomendarse absolutamente a nadie.

Ha dicho la sucesora de Pablo Iglesias -es una pena que hoy no esté- que el señor Sánchez es muy aficionado a los puñetazos en la mesa. Lo ha dicho en horario de máxima audiencia. Me parece a mí que en sus giras internacionales ha dado usted más bien pocos, ¿verdad?

Desde luego, si son viajes al sur, todos nos imaginamos unas reverencias muy exageradas y unos cabezazos muy solemnes antes que puñetazos en la mesa. En cualquier caso, la espontánea aquélla, la que preguntaba al presidente del Gobierno que cuánto le había pagado Marruecos, debería saber que da igual lo que se le pregunte al señor Sánchez. Porque el señor Sánchez nunca responde. El señor Sánchez no debate en este parlamento desde hace cuatro años y se limita a subir a la tribuna y sermonear.

En realidad, se podría decir que más que un político va camino de convertirse en un clérigo de la nueva religión, la que comparte con los millonarios y con el PP; la de la Agenda 2030.

Desde VOX, ya les hemos dicho en muchas ocasiones que España debe revisar los objetivos suicidas y criminales para nuestra prosperidad, que esa Agenda ha impuesto, porque lo han impuesto los poderosos, y que nadie ha votado. Porque a pesar de que digan ustedes y que algunos digan que es el Evangelio, la Agenda 2030 es un infierno para las familias y para las clases medias y trabajadoras de Europa. Un infierno para su economía, para su modo de vivir e incluso para sus derechos y libertades.

Y esa insignia de colorines que hoy vuelve a llevar en la solapa y se la reparten en el club de los billonarios, no es menos totalitaria que la bandera comunista que lleva en la solapa el líder chino.

Y aprovechando, por cierto, que el presidente ha viajado a China, y hoy ha reivindicado el nuevo papel de China, debemos recordar cosas que China hace muy mal. Por ejemplo, pegarle un tiro a los malversadores y los corruptos. Es un exceso que va contra los más elementales derechos humanos. Pero yo me imagino el auténtico choque de civilizaciones cuando llega allí el señor Sánchez y les dice que aquí a los malversadores y a los corruptos, no solo no se los mete en la cárcel, sino que se les indulta porque se lo han exigido sus socios para aprobar presupuestos y así de paso no entra en la cárcel el líder de su partido.

Yo creo que los chinos en estas reuniones, o no se lo creen, o piensan que algo se ha perdido en la traducción simultánea, porque no pueden creerse que haya un gobernante que con tanta desvergüenza como para sacar adelante leyes que convierten en impune el saqueo al dinero del propio pueblo.

Pero, en fin, más allá de esos excesos, y de esos choques culturales que habrá vivido estos días, hay otras cosas muy negativas en China, y como va camino de aumentar aún más su influencia en Europa, deberíamos analizar, por ejemplo, la contaminación, que sorprendentemente ha dejado de preocuparle a usted.

Porque sucede que ustedes, y en eso van de la mano de los señores del Partido Popular europeo, se ponen a legislar y a tomar acuerdos contra los europeos. Por ejemplo:

-Persiguen a la industria por sus emisiones con unos impuestos absolutamente abusivos e inaceptables, restringen el uso del coche; amenazan con racionar la carne y darnos a todos a cambio insectos; criminalizan el campo y todo en nombre de su Agenda 2030 y de la pachamama. Pero luego, llegan a China y se callan como muertos. Se callan.

Se ponen aquí a prohibir que exploremos nuestros recursos, lo han hecho en este parlamento hace poco más de un año como recordaba el presidente de Repsol recientemente, en un crimen contra los intereses nacionales nunca visto, y se callan ante la descomunal producción de energía térmica china, que está vomitando al cielo el equivalente a varias revoluciones industriales europeas.

Sería sorprendente, sobre todo, si no fuera tan vergonzoso. Ni una palabra de la verdadera contaminación, de las verdaderas agresiones al medio ambiente que se llevan a cabo para consolidar a China como superpotencia.

Ya que está usted tomando usted ese aire tan religioso, como antes le decía, podría hacer de misionero de la Agenda 2030, pero no lo haga aquí, hágalo en China. Me temo que ha perdido usted la oportunidad entre solemnes cabezazos y reverencias.

Podría decirles que ya está bien de contaminar los ríos, (los más contaminados del mundo) porque van al mar, que es de todos. Podría decirles que no es normal que 23 de las 25 ciudades más contaminantes del mundo estén en China. Y también, ya se lo hemos pedido en varias ocasiones en esta cámara, sería bueno que el señor Sánchez le dijese a su homólogo del Partido Comunista chino, a su homólogo autócrata chino, que deben pagar la catástrofe mundial que han producido con la pandemia y la ocultación de los datos. Si no tienen confianza para decirle estas cosas, se lo podría pedir a la sucesora de Pablo Iglesias, que es del mismo partido o incluso al Partido Popular, que mantiene un acuerdo de amistad con el Partido Comunista chino.

Hay muchas cosas, por tanto, que los europeos podemos y debemos reprochar a los dirigentes chinos, sobre todo, como decía, si el país asiático pretende convertirse en un actor verdaderamente influyente más allá de sus fronteras, incluso en lo relativo a guerras que se producen en suelo europeo, como la invasión y la agresión contra Ucrania.

Hay otras cosas, sin embargo, que sí podemos admirar e incluso imitar del progreso chino. Por ejemplo, sus impresionantes proyectos para recoger, acumular y trasvasar agua, garantizando el abastecimiento de cientos de millones de personas y, además, la producción de energía limpia en cantidades nunca vistas en la historia de la humanidad. Esa ambiciosa política del agua, a nuestra escala nacional, se podría acometer. Ustedes, sin embargo, están exactamente en lo contrario: destruyendo embalses cuando los españoles y nuestro campo tienen sed.

Esta obsesión del señor Sánchez y de los suyos contra las políticas de agua puede ser consecuencia no sabemos si de sus odios necrológicos al régimen previgente o quizá mandamientos de la nueva religión 2030, el evangelio que defiende uno de los diputados del PP. Pero, en cualquier caso, las consecuencias son gravísimas. Y el panorama, otra vez sorprendente: El señor Sánchez y su gobierno están destruyendo embalses en mitad de una sequía histórica. ¡Ustedes se superan siempre!

Se puso a promover y a aplaudir la voladura de centrales térmicas cuando los españoles no podían pagar las facturas energéticas. Han perseguido ustedes la industria, con sus imposiciones 2030 y sus impuestos adicionales cuando a los españoles no les llegaba para el pan y la leche.

Y ahora que viene una sequía, se dedican ustedes a destruir embalses, a criminalizar los trasvases y, eso sí, en Europa, a favorecer los intereses de Marruecos, que es quien se aprovecha de la sed con la que se quiere condenar al campo español. Es inaudito, sorprendente, inaceptable. No ha habido en toda la historia de España un gobierno que gobernase tan directamente contra los intereses de los españoles.

Claro que hay que hacer una transición ecológica, señor Sánchez, usted sube aquí, habla de negacionismo, insulta, y nunca debate. Pero hay que hacerla, en primer lugar, protegiendo a los más vulnerables, a su economía y a sus derechos, que son los grandes paganos de esa transición energética y de los dictados de la Agenda 2030. Hay que hacerla apostando por el progreso técnico y por el sentido común. Y hay que hacerla, en último término, haciendo lo que ustedes no han hecho en los últimos 40 años, que es preguntando a los españoles.

Ustedes no están legitimados para tomar medidas que van a condenar a generaciones enteras, a un retroceso económico histórico, que va a ser catastrófico, y sólo para dar gusto a fanáticos acientíficos, o a oscuras razones de las que el presidente Sánchez nunca da cuenta por mucho que se lo preguntemos y por mucho que se alargue en sus intervenciones. Y ahora cuando usted suba ya sabe lo que esperamos: a sermonear otra vez, a no contestar a absolutamente a nada y a mentir sobre absolutamente todo”.