La diputada por Madrid, Mireia Borras

Borrás, a la ministra de Trabajo: ‘Se ha preocupado más atar de manos al empresario, que de impulsar el teletrabajo’

La diputada del GP VOX ha lamentado la «oportunidad perdida» que ha supuesto un Real Decreto que en teoría iba a ayudar a potenciar de una manera ordenada, flexible y con seguridad jurídica. «Han comprometido aún más la viabilidad de una empresa que requiera modificar las condiciones a los trabajadores para por ejemplo, mantener el nivel de empleo o evitar la ruina», ha asegurado.

Es más, Mireia Borrás ha lamentado que el Gobierno no haya sido capaz todavía de entender cómo funciona el tejido empresarial en España ya que prácticamente el 95% de todas las empresas son PYMES que tienen menos de 10 empleados.

De hecho, para ilustrar los fallos del Real Decreto, la diputada por Madrid ha puesto como ejemplo a un empresario español de una PYME común ha sufrido un deterioro importante, si no la detención de su activo circulante debido a la pandemia, y ha visto en el teletrabajo, una oportunidad para digitalizar su negocio, para continuar su actividad con menos costes fijos asociados y para evitar los despidos provocados por las limitaciones impuestas por este Gobierno.

Las preguntas que se tendría que haber planteado el ministerio de Trabajo antes de impulsar este Real Decreto, a juicio de Borrás son las siguientes:

– ¿Conseguimos con este Real Decreto ofrecer al empresario certidumbre sobre lo que le va a costar el teletrabajo?

– ¿Conseguimos con este Real Decreto ofrecer al trabajador certidumbre en la carga impositiva adherida al teletrabajo?

– ¿Conseguimos con este Real Decreto asegurar que el empresario podrá gestionar sus recursos y activos de empresa con libertad, de manera que le permita tomar las mejores decisiones para el mantenimiento de su actividad y del empleo?

– ¿Conseguimos con este Real Decreto aplicar como hasta ahora la prioridad aplicativa del convenio de empresa?

Lo preocupante es que todas estas preguntas tienen la misma respuesta: NO.

«Este Real Decreto se compromete aún más la viabilidad de una empresa que requiera modificar las condiciones a los trabajadores para por ejemplo, mantener el nivel de empleo o evitar la ruina», ha zanjado la diputada insistiendo en que las «lagunas» o «inconcreciones» de la norma no pueden justificarse por la «urgencia» de aprobar el Real Decreto «porque para incluir píldoras ideológicas y sectarias como la guerra de géneros sí han tenido tiempo».

«Lo que los empresarios necesitan no son rigideces ni impedimentos para continuar desarrollando su actividad, sino libertad y flexibilidad para poder crecer, generar empleo y salir adelante», ha zanjado.