Una vez más, VOX se queda sólo en la defensa de las explotaciones agrarias

La formación presentó esta semana en comisión una PNL que trataba de mantener la rentabilidad de las explotaciones agrarias, reducir la burocracia verde, reivindicar la preferencia comunitaria, reducir y limitar los requisitos y la condicionalidad con respecto a las exigencias ambientales y las exigencias ecologistas de  la Estrategia europea de la granja a la mesa y la aplicación del Pacto Verde Europeo al sector agroalimentario español. Sin embargo, ¿qué fue lo que votaron el resto de formaciones? En contra.

“Estamos sin ninguna duda ante un punto de inflexión en nuestro modelo agrícola. La Estrategia de la granja a la mesa que plantea la Comisión Europea va a condicionar nuestra agricultura por eso tenemos que aunar esfuerzos para que transformemos las amenazas en oportunidades para el conjunto de nuestro sector agroalimentario”, señaló Ricardo Chamorro insistiendo en que la aplicación de los objetivos verdes perjudica al campo español por cuanto que la nueva Política Agraria Común (PAC) implica unos objetivos gravosos para nuestros agricultores y ganaderos.

“Una PAC con un 40% de presupuesto para objetivos ambientales, no son los mejores ingredientes para apoyar al sector agrícola en las condiciones de una emergencia sanitaria y económica como la que estamos viviendo”, explicó el portavoz en la comisión de Agricultura antes de advertir que es “incoherente” construir una arquitectura verde en Europa mientras se permiten las importaciones de países que no cumplen con las normas a las que se someten los productores españoles ni en materia ambiental, ni de calidad, ni en lo respectivo a la regulación laboral.

¿Cuáles son las propuestas que cree el GP VOX que se deberían seguir para avanzar de forma lógica y racional en el cambio del modelo productivo?

  1. Garantizar que la implementación de las medidas recogidas en la granja a la mesa no implicará una nueva burocracia verde con el consecuente aumento de los costes de producción y la caída de la competitividad de nuestra agricultura.
  2. Priorizar la rentabilidad del sector agrícola como base para la consecución de los objetivos medio ambientales que persigue la estrategia. La transformación del modelo agroalimentario no puede basarse únicamente en criterios ecológicos sino hacerse compatible con aspectos económicos y sociales.
  3. Rechazar que los planes estratégicos de la PAC puedan estar condicionados por la estrategia comunitaria de la granja a la mesa. La reforma de la PAC ya incluye una importante arquitectura verde que no puede en ningún caso ser reforzada en base a un documento de reflexión no legislativo. El servicio jurídico del Parlamento Europeo ha señalado en un reciente dictamen que la Estrategia europea De la granja a la mesa no puede utilizarse para evaluar los planes
  4. Invitar a la Comisión Europea a revisar sus objetivos de reducción del 50% en pesticidas. Cualquier eventual reducción de pesticidas debe ir acompañada de alternativas y herramientas para que los agricultores puedan combatir con garantías nuevas plagas y enfermedades.
  5. Defender las reglas del mercado para que no pueda imponerse por ley un porcentaje mínimo del 25% de producción ecológica. La imposición normativa de este modelo de producción independientemente de la evolución de la demanda puede acarrear importantes pérdidas para los agricultores y ganaderos que apuestan por el modelo de producción ecológico.
  6. Rechazar la implantación de nuevas normas de bienestar animal si no tienen en cuenta los esfuerzos realizados por el sector a través de iniciativas de carácter voluntario y la evidencia científica ante la creciente campaña desinformación y criminalización del sector ganadero.
  7. Exigir a las instancias comunitarias simplificación y coherencia entre las diferentes iniciativas legislativas que persiguen objetivos coincidentes. Una PAC más ambiciosa pero con menos presupuesto necesita del apoyo de otras políticas para generar riqueza y empleo de calidad en el medio rural. La PAC no puede convertirse en una política medio ambiental.
  8. Pedir a la Comisión Europea un estudio de impacto detallado sobre todas y cada una de las medidas que pudieran desarrollarse en el marco de la Estrategia europea De la granja a la mesa.
  9. Apoyar mejoras en el etiquetado de los productos y la lucha contra la obesidad. Resulta necesaria una comunicación reforzada sobre alimentación para proporcionar a los consumidores información fidedigna sobre la producción de alimentos.
  10. Integrar en la Estrategia europea la innovación y las nuevas tecnologías para lograr una producción más sostenible en términos ambientales y económicos. La agricultura de precisión o las nuevas técnicas de edición genética necesitan de una regulación pro innovación menos basada en un caduco principio de precaución que lastra la productividad de nuestra agricultura.
  11. Rechazar que el Pacto Verde Europeo y su Estrategia agrícola sirvan de pretexto para articular una nueva fiscalidad verde en detrimento del sector agrícola y ganadero.
  12. Defender la seguridad alimentaria como elemento principal de nuestro modelo agroalimentario y el carácter estratégico de la actividad agrícola y ganadera para garantizar el suministro de alimentos de calidad a una población creciente.
  13. Apoyar el principio de preferencia comunitaria y denunciar la hipocresía de elevar los estándares medio ambientales en la Unión Europea cuando de forma paralela se facilita la importación procedente de terceros países de productos alejados de los estándares de producción en la Unión. La Estrategia europea De la granja a la mesa debe apostar por una revisión radical de la política comercial de la UE en el sector agroalimentario.