El portavoz de VOX en la comisión de Industria, José María Figaredo, ha lamentado que la clase política dilapide el fruto del esfuerzo de los españoles y la voracidad de la recaudadora del ministerio de Hacienda. «Todos estaríamos encantados de pagar impuestos si no fuese porque quien parte y reparte se lleva la mejor parte», ha señalado durante el debate del Proyecto de Ley por la que se modifica la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria, en transposición de la Directiva (UE) 2018/822 del Consejo, de 25 de mayo de 2018, que modifica la Directiva 2011/16/UE por lo que se refiere al intercambio automático y obligatorio de información en el ámbito de la fiscalidad en relación con los mecanismos transfronterizos sujetos a comunicación de información.
Figaredo ha denunciado que esta norma establece «la obligación de comunicación de determinados mecanismos transfronterizos de planificación fiscal potencialmente agresiva y que dicha obligación debe ser transpuesta por los Estados miembros».
Como ejemplo, el diputado de VOX ha señalado que el recaudador de impuestos tiene un gran interés en los negocios que abre la gente de a pie. «El recaudador de impuestos obtiene como mínimo un margen de beneficio del 21%«.
En definitiva, Figaredo ha llegado a tres conclusiones respecto a este proyecto de ley:
1º Personas que nos hemos votado (Consejo de Europa), no hemos elegido, no controlamos y ni siquiera conocemos, nombradas a dedo por los presidentes del Gobierno, dictan las normas que nos dicen qué podemos y qué no podemos hacer.
2º Las empresas de los españoles no son suyas, no. Son de hacienda. El recaudador de impuestos se lleva un margen de beneficio superior al que le corresponde. Por eso, ya no sólo vigilan los ilícitos fiscales sino también aquellas cuestiones potencialmente ilícitas.
3º Todos estaríamos encantados de pagar impuestos si no fuese porque quien parte y reparte se lleva la mejor parte. En este caso, los políticos.