El diputado de VOX por Alicante, José María Sánchez, ha intervenido en el pleno durante el debate de la proposición de ley de reforma de la ley 9/1968 sobre secretos oficiales registrada por el PNV.
Sánchez ha comenzado su intervención adelantando la posición de VOX con respecto a esta iniciativa: «La proposición de ley del PNV responde a una reiteración de iniciativas semejantes formuladas en la anterior legislatura. Aunque no se observe ninguna intemperancia en los modos, sí se aprecia en el fondo de esta iniciativa una violencia político-moral que rechazamos totalmente».
Tras ello, ha continuado: «El móvil de la iniciativa es permitir mediante la referida desclasificación que se investigue la llamada guerra sucia o terrorismo de Estado en el tiempo de la actividad terrorista ETA en las provincias vascas. Sólo con este móvil y la orientación política del partido proponente podemos comprender esa obsesión».
El diputado de VOX ha añadido que «todas estas proclamas independentistas son rechazables, pero no necesariamente inmorales si no hubieran sido acompañadas por la justificación de algún modo de la acción terrorista de ETA. No es admisible que se quiera remediar esa mala conciencia buscando en el pasado con la intención de justificar lo injustificable«.
«No es moralmente lícito contribuir a la búsqueda de justificaciones de ETA. La única postura cabal es seguir insistiendo en investigar en el conjunto de los crímenes del terrorismo subversivo sea investigado como ha solicitado el Parlamento Europeo», ha denunciado.
Sánchez ha lamentado que el PNV, con un 1,12% del voto nacional, «determine quién ha de ser el partido que gobierne en Madrid. Sería beneficioso el agotamiento del PNV como partido y sus epígonos». Además, ha señalado al bipartidismo como culpable de ceder constantemente a los requerimientos del partido: «Cuentan con dos cuidadores: PSOE y PP. Siempre en vigilia para acceder a sus deseos. Tan prolongado idilio poco decente hace que se traguen todos sus camelos y sus codiciosos requerimientos sin asomo o perturbación alguna».
Finalmente, Sánchez ha concluido: «No cabe que prevalezca el derecho, aunque lo sea, sobre la moral. No es posible. Hay tensión entre la justicia y la moral. No podemos caer en un positivismo inaceptable para despreciar a la moral».