María Ruiz arrincona a Pablo Iglesias: «¿Para qué quería ser ministro de Derechos Sociales si no pensaba ejercer?»

Interpelación urgente sobre la protección de los mayores

María Ruiz ha dado a Pablo Iglesias la despedida del Congreso que merecía. Aquella que habría querido darle cualquier español honrado y patriota. Lo ha hecho en el Pleno y a propósito de una interpelación urgente del GP VOX sobre las medidas que va a adoptar el Gobierno para proteger a los mayores.

La diputada por Madrid ha tenido una intervención memorable: «Sorprendentemente, después de todo lo que tuvo que hacer para entrar en el Gobierno ha decidido abandonar, despreciando el grandísimo honor que supone trabajar por España. Ha decidido abandonar a todos los españoles, pero, muy especialmente, a los que usted se había comprometido a proteger como ministro de Derechos Sociales, los mayores. Se marcha justo cuando hemos conocido el número de mayores muertos en las residencias que dependían de usted. 30.000 mayores por los que usted no se dejó la piel ni hizo todo lo que podían, que nunca fueron su prioridad».

Ruiz ha interrogado al vicepresidente segundo: «¿Sabe cuántas reuniones ha tenido usted para interesarse por la situación de los mayores durante la pandemia? Una sola reunión, el 20 de marzo de 2020. Y se acabó, señor Iglesias. Se marcha sin haber pisado ni un solo hospital ni una sola residencia. Huye sin haberse reunido jamás con los representantes de los centros o de la patronal de la dependencia. Fíjese cuánto le preocupa el bienestar y la seguridad de los mayores».

Ruiz ha arrojado a lglesias las cifras de la vergüenza y la muerte: «Su legado no son solo los 30.000 mayores muertos en nuestras residencias. En realidad, señor Iglesias, usted se marcha dejando un número mucho mayor de víctimas. ¿Sabe que el exceso de mortalidad entre los dependientes subió más de un 30% el año pasado? ¿Cómo es posible que en un año marcado por la pandemia, que ha afectado terriblemente a las personas con dependencia, no se incrementara el presupuesto en un solo euro? ¿Sabe que entre marzo y diciembre de 2020 más de 45.000 personas fallecieron en lista de espera sin llegar a ser atendidas? ¿Sabe que los representantes de las distintas asociaciones se quejan de que ni siquiera le conocen, de que solo conocen a su secretario de Estado? ¿Para que quería ser ministro de Derechos Sociales si no pensaba ejercer? A usted nunca le ha interesado su Ministerio y mucho menos aún la defensa de nuestros mayores. La realidad es que usted eligió este disfraz de cordero para poder meterse en el gallinero, lo único que a usted le interesaba. Eso es lo que ha sido usted dentro del Gobierno y lo que será siempre allá donde vaya: un lobo con piel de cordero«.

«Si tira la toalla no es porque sea usted un líder generoso y sacrificado. Es porque se ha dado cuenta de lo difícil que es gobernar. Le viene grande. Por eso prefiere volver a lo que de verdad se le da bien. Qué fácil es poder volver a la guerra de trincheras subvencionado por todos los españoles. Usted debió nacer en el 36. Lo que a usted le gusta es la guerra. Provocarnos. Enfrentarnos a unos y a otros. Sembrar semillas envenenadas que hagan saltar la chispa de la violencia contra los que no cedemos ante sus pretensiones. Por eso miente, inventa, calumnia y difama sin piedad. Por eso escapa de su responsabilidad y vuelve al único sitio donde se siente cómodo: su guerra de trincheras».

Tras la réplica del vicepresidente segundo, Ruiz le ha exigido que asuma su fracaso: «Como siempre, bla bla bla. ¿Dónde están sus argumentos? ¿Ha mejorado usted las condiciones de vida de los mayores? ¿Tienen mejores cuidados? ¿Mejor atención? ¿Cree que se les ha tratado como merecían durante la pandemia? ¿Ha cambiado algo? No ha cambiado nada«.

Finalmente, Ruiz ha concluido su discurso retratando la naturaleza de Pablo Iglesias: «Es bastante patético concluir que, al final, ni siquiera es usted comunista o feminista. Solo es un burgués, machista y caprichoso. Solo se mueve por intereses personales. Cree que puede disponer de las mujeres de su entorno a su antojo. En el fondo no soporta que una mujer se atreva a subir aquí a interpelarle sobre su gestión. Pero es mi obligación venir a defender la dignidad de esos mayores que no le interesan porque no le votan, porque no queman contenedores a sus órdenes. Esos mayores a los que arrinconan con su terrible ley de la eutanasia, porque no les sirven. A nosotros sí nos sirven. Y los queremos vivos, sanos y en un lugar de honor. Si no quiere usted pelear por ellos, márchese tranquilo, que ya lo haremos nosotros».