Mireia Borrás en la tribuna del Congreso.

Mireia Borrás: «Ponen en riesgo nuestra industria para acabar comprando energía a Marruecos. ¿De qué sirve?»

ENMIENDA A LA LEY DE CAMBIO CLIMÁTICO

La diputada de VOX Mireia Borrás ha defendido este martes la enmienda a la totalidad presentada por su grupo parlamentario contra la Ley Contra el Cambio Climático del Gobierno. «Entendemos la necesaria labor de cuidar de nuestros campos, océanos, fauna y flora; defendemos el verdadero conservacionismo ambiental, pero no compramos dogmas, que es lo que ustedes [al Gobierno] traen hoy aquí. Un dogma para imponer su ideario intervencionista, liberticida y gravemente empobrecedor, con el que pretenden señalar como culpables a los agricultores, ganaderos, cazadores… y que atiende sólo a intereses de élites globalistas, para transformar radicalmente nuestra economía y hasta el modo de vida de los españoles», ha señalado Borrás, que ha explicado los motivos por los que VOX dice ‘no’ a la ley ideológica del Gobierno Sánchez.

Los diez motivos por los que el GP VOX no apoya la ley contra el cambio climático: 

  • Vende un dogma paquetizado, una nueva excusa para imponer un ideario intervencionista, liberticida y gravemente empobrecedor. El Grupo Parlamentario VOX no compra dogmas de ningún tipo, mucho menos, dogmas que pretenden señalar como culpables a los españoles y que atienden exclusivamente a intereses de élites globalistas, para transformar radicalmente nuestra economía, nuestro pensamiento, y hasta el modo de vida de los españoles.
  • Intenta hacer de un debate científico un debate político. Tienen que ser los científicos quienes tengan voz en este asunto. No existen «evidencias» empíricas sobre el cambio climático antropogénico y que de hecho, el CO2, es la «base de toda vida en la Tierra”.
  • Pretende imponer una transformación radical del modelo productivo español para conjurar una supuesta amenaza cuya nocividad y evitabilidad resultan, cuanto menos, cuestionables.
  • Las emisiones españolas de CO2 representan un 0’7% del total mundial. Si, después de empobrecer a los españoles con impuestos verdes y condenar a nuestra industria, se alcanzaran los objetivos marcados por la Ley contra el Cambio Climático, nuestra incidencia en el volumen mundial de emisiones de CO2 sería de un 0’17%. Si a esto añadimos que el CO2 solo pesa un 15% en el efecto invernadero habríamos atenuado dicho efecto en tan solo un 0’025%.
  • Propone objetivos climáticos utópicos y faraónicos para España, tanto que llegan a triplicar los objetivos propuestos por la Unión Europea. Pretenden llevar a cabo una transformación autoritaria y acelerada que requerirá, según reconoce la propia ley, inversiones de 200.000 millones de euros a lo largo de la década. Todo ello, en un momento en que la OCDE se refiere a España como el país previsiblemente más afectado por la destrucción de empleo y cierre de empresas tras la crisis COVID-19.
  • Intenta liderar la descarbonización sin hacerlo de una manera coordinada, y global. El Gobierno habla de una transición verde, descarbonizada, pero mientras, se dedica a comprar electricidad proveniente del carbón a otros países como Marruecos, que además, al no tener que pagar los correspondientes impuestos al CO2 que si tenemos que pagar en España, puede ofrecer una energía a precios competitivos. Es decir, nosotros ponemos en riesgo nuestra industria y destruimos empleo por sacrificarnos en ser más verdes que nadie, para acabar comprándole la energía a Marruecos.
  • Deja sin empleo a casi 30.000 personas que trabajan en el sector de la energía nuclear de forma directa, indirecta o inducida, en su mayoría de la “España vaciada”. Además, agrava el encarecimiento del precio de la electricidad y deja al país sin una fuente de energía segura, estable y barata.
  • Habla incoherentemente de “neutralidad tecnológica”, pero en realidad la ley apuesta por la promoción autoritaria de las energías renovables, reservándoles una parte fija de la cuota en el mix energético.
  • Intenta imponer también unos objetivos no sujetos a los criterios de neutralidad tecnológica o de coste-eficiencia en los sectores de la movilidad y el transporte. Por otra parte, la erradicación del motor de combustión interna que propone provoca que se desincentiven las inversiones en ahorro de emisiones o que se experimente con biocombustibles, que serán imprescindibles para reducir las emisiones de otros sectores del transporte más difíciles de descarbonizar, como son la aviación y el transporte marítimo.
  • Rompe con la racionalidad científica y el realismo económico, condenando a España a la penuria energética y el empobrecimiento.

Las propuestas de VOX para hacer frente al cambio climático

Mientras que el Gobierno intenta criminalizar a nuestros agricultores y ganaderos, a nuestros hombres del campo y a nuestra industria de ser los causantes del cambio climático, VOX apuesta por recordar la importancia estratégica del sector primario español.

La formación insiste en que si se desea promocionar las renovables, es fundamental articular políticas que incentiven el I+D+I para aumentar su eficiencia y resolver el problema de la intermitencia y el almacenamiento, pero no imponerlas por decreto.

En esta línea, el GP VOX entiende que la ley, en su obsesión por erradicar los combustibles fósiles, desatiende otros horizontes tecnológicos que permitirían también reducir el CO2 sin perjudicar la competitividad empresarial. Por ejemplo, no se consideran las nuevas tecnologías CCUS (Carbon Capture, Use and Storage) de captación de CO2. Un nuevo tipo de procedimientos que generan rentabilidad y que resultan más compatibles con la creación de riqueza dentro del marco de la descarbonización que directamente vetar y prohibir las emisiones de CO2.

Asimismo, la diputada Mireia Borrás ha asegurado que se deben reclamar y aprovechar los fondos europeos para cuestiones clave de nuestra economía, para inversiones en I+D que nos ayuden a impulsar nuestra industria, y para mejorar la competitividad de nuestras empresas y abaratar los costes de la energía. “VOX distingue entre un sensato conservacionismo y el ecologismo radical que tratan de imponernos, empeñado en señalar culpables en lugar de buscar soluciones”, ha zanjado.