VOX pide al Gobierno que dote de medidas a las familias y sanitarios para combatir la adicción tecnológica de los menores

Proposición no de ley propia.

El vocal del Grupo parlamentario VOX en la Comisión Mixta para el Estudio de los Problemas de las Adicciones, Tomás Fernández, ha intervenido en la comisión para defender la proposición no de ley relativa al uso indebido o abuso de las pantallas y su adicción, especialmente en menores registrada por VOX. La iniciativa ha sido rechazada con los votos en contra, entre otros, de PSOE y Podemos y la abstención del PP.

Fernández ha comenzado su intervención visibilizando la problemática relativa al uso abusivo de las pantallas: «El uso de las tecnologías ha abierto un mundo de oportunidades. Pero esta profusión de las pantallas propicia que, al usarse de forma abusiva, pueda acabar suponiendo un grave problema

Tras ello, ha expuesto los resultados de varios estudios que ilustran el uso de dispositivos en menores: «A día de hoy, el 98% de los menores españoles entre 10 y 15 años usan internet de forma habitual. El 90% de ellos cuenta con un teléfono móvil. Según un informe de la Fundación Custodio, durante el año 2021 nuestros menores pasaron una media de 4 horas diarias conectados a las pantallas fura de las aulas. Un total de 1.400 horas al año».

Ante esta situación, el diputado de VOX por Huelva ha señalado que «las relaciones entre los niños y su familia en un ambiente enriquecedor y aprendizaje son de vital importancia para el desarrollo cerebral. El uso de dispositivos electrónicos disminuye el tiempo de experiencias con las personas referentes«.

Además, Fernández ha afirmado que «la realidad es que más del 75% de los niños entre 2 y 5 años sobrepasa con creces los límites de exposición a las pantallas recomendados por las autoridades sanitarias. Los menores son cada vez más adictos a la dopamina, la hormona de la felicidad«.

Para concluir, el vocal del GP VOX en la comisión ha asegurado que «la realidad a la que se enfrentan los padres es que los hijos abandonan cada vez más pronto los juguetes, se cansan de ellos, pero no de las pantallas. Parece que no pueden prescindir de ellas y si se trata de hacerlo, se produce irritabilidad, depresión y un malestar intenso. Las mismas sensaciones de un drogadicto cuando no encuentra su dosis».