El Grupo Parlamentario VOX ha registrado una proposición no de ley para la reprobación de la ministra de la Juventud e Infancia, Sira Rego, por participar en la manifestación organizada por el grupo terrorista Frente Popular para la Liberación de Palestina el 27 de enero en Madrid. Esta organización está considerada terrorista tanto por parte de España como de la UE.
“Es imperativo que el actual Gobierno se replantee seriamente su postura internacional para no perjudicar los intereses de España”, recoge VOX en su iniciativa.
Se trata del último episodio de la espiral de confrontación iniciada por el Gobierno de Sánchez contra el Estado de Israel, un alejamiento de las posturas mantenidas por los países de nuestro entorno y de blanqueamiento de grupos terroristas. Prueba de ello es la posición que el Ejecutivo está manteniendo acerca del conflicto entre Israel y la organización terrorista Hamás.
VOX recuerda que el Gobierno español “es el único en todo Occidente que ha calificado la respuesta del Estado israelí de genocidio” y que ha llegado incluso a pedir al Fiscal del Tribunal Penal Internacional la detención del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que sea juzgado por crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio contra el pueblo palestino.
“Esta disonancia entre lo que expresa la inmensa mayoría de países occidentales -esto es, apoyo a la legítima de defensa de Israel- alcanzó su mayor cota cuando el propio presidente del Gobierno puso en duda que Israel estuviese cumpliendo con el Derecho Internacional Humanitario”, sostiene VOX.
La postura de Pedro Sánchez tuvo consecuencias. El gobierno israelí llamó a consultas a su embajadora en España, y convocó a la embajadora de España en Israel, Ana Salomon, para manifestar el malestar del ejecutivo israelí por las palabras del presidente Sánchez.
Más grave aún fue que el grupo terrorista Hamás agradeciera las declaraciones del presidente español y solicitara la posibilidad de que España reconociese unilateralmente al Estado Palestino.
Hay que recordar que desde que Sánchez es presidente la política exterior española se ha caracterizado por minar el prestigio internacional de nuestro país. Un buen ejemplo de ello es el cambio de postura en relación con el Sáhara Occidental, donde durante más de medio siglo los distintos gobiernos españoles han mantenido una misma postura: el respaldo a la propuesta de resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, es decir, la elaboración de un censo y un posterior referéndum en la zona que determinase si ésta quería pasar a formar parte de Marruecos o ser independiente.
No obstante, el Gobierno de Pedro Sánchez decidió que la tesis marroquí era “la base más seria, creíble y realista” para zanjar el conflicto. Con esta declaración, “el Ejecutivo español realizaba un giro total que ponía en evidencia su falta de estrategia en política exterior”, lamenta VOX.
Así, esta actuación unilateral del Gobierno tuvo grandes repercusiones para la sociedad española, pues Argelia, uno de los principales suministradores de hidrocarburos de España, llamó a consultas a su embajador en Madrid y suspendió el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España, que databa de 2002. De esta forma -recuerda VOX- España ha perdido su posición como socio preferente con el país norteafricano en favor de Italia.
Otro de los episodios que explican la errática política exterior del Gobierno de Pedro Sánchez se produjo durante la Cumbre de la OTAN en Madrid. Entonces, una parte del Gobierno se manifestó en contra de la existencia misma de la Organización del Tratado del Atlántico Norte hasta el punto en que miembros del Ejecutivo la calificaron como “organización terrorista”.