Con la llegada de la época estival, Melilla vive cada año el día de la marmota con un acontecimiento que se repite, como es la Operación Paso del Estrecho (OPE), sin poner remedio al problema que realmente genera. “En cualquier caso, no es algo que España necesite, puesto que se emplean barcos subvencionados, nuestras autovías, servicios médicos, sociales, religiosos y colapsan nuestros puertos y pasos fronterizos”, afirma Javier Diego, secretario de VOX Melilla.
Un año más, “nos preguntamos por qué esa insistencia en tener que permitir que la Operación Paso del Estrecho se realice por Melilla cuando desde los puertos de la península se puede conectar fácilmente con los de Marruecos, en nuestro caso Nador”, cuestiona Diego.
Son muchos los motivos por los que se debería frenar este insistente ofrecimiento de las autoridades españolas, que no hace más que permitir constantemente este continuo tránsito de marroquíes, que “genera gastos como el refuerzo de efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado, gastos de personal sanitario, traductores, en infraestructuras para la estancia de vehículos”, asevera el partido. En definitiva, “enormes gastos que afectan a la Administración pública y repercuten en impuestos que pagamos todos los ciudadanos”, sentencia el dirigente local.
Por otro lado, está el malestar por la congestión del tráfico que se genera, al que hay sumar el propio de la ciudad, barcos desbordados de pasajeros y tirados por todas las zonas que “nos impide viajar a los residentes melillenses con las debidas comodidades”, apostilla VOX Melilla para añadir que todo esto “para nada beneficia a la ciudad salvo que por parte de las autoridades competentes se articule algún medio recaudatorio o tasa municipal por la circulación de los vehículos en tránsito desde Europa y que se dirigen a Marruecos”.
Desde VOX Melilla consideramos que “no debería pasar la OPE por nuestra ciudad”, dado que “no reporta ningún beneficio”. En su lugar, “debería dirigirse desde otros puertos españoles directamente hacia Nador, aumentando si fuera necesario la frecuencia y número de barcos”, propone Javier Diego.
