«Ceutí», artículo de opinión de Rubén Martínez Alpañez, vicesecretario de Organización

'La Verdad'

El 7 de junio, hace apenas una semana, se publicó en este medio la condena al que fue alcalde de Ceutí, del PSOE. Semejante acontecimiento ha sido celebrado por Ciudadanos presentando una moción de censura que otorgará el bastón de mando a los socialistas. Los que venían a regenerar.

Para todos aquellos que no somos de Ceutí y no tenemos por qué estar familiarizados con la política del municipio de la Vega Media del Segura, les diré que en Ceutí gobernaban el PP, Ciudadanos y VOX. Los representantes de esos tres partidos firmaron un pacto allá por 2019 en el que, entre otros compromisos, el PP iba a gobernar durante tres años y Ciudadanos gobernaría el último.

Para que Vds. lo sepan, Ciudadanos no ha cumplido nada de lo escrito en ese acuerdo. Es más, incluso ha actuado al contrario de lo exigido en el documento. La única representante de ese partido ha sido apercibida por los órganos fiscalizadores del consistorio por prácticas irregulares relacionadas con compras reiteradas desde la concejalía que ostentaba a un familiar. Y pasados los tres años la firmante exigió el sillón como decía el acuerdo. Pero no dejen de sorprenderse: dicen que ellos no han firmado nada con VOX y eso que el documento con la firma de todos los implicados ha sido difundido por redes sociales.

Pues bien, por desgracia, hoy por hoy eso es la política. Las prácticas de los partidos tradicionales, que se han creído del todo impunes ante cualquier acontecimiento, unido a la ineptitud gubernamental de los comunistas de Podemos, ha llevado al partido que en su día constituyó una esperanza para Cataluña y para España a la nada, a la práctica desaparición y todo por un sillón.

Se habla mucho de polarización política, de ese fenómeno que lleva a situar a los votantes en los extremos, a rodearse de sus iguales y a no aceptar opiniones en contrario. Estoy seguro de que el abuso de dualismos simplistas tales como izquierda y derecha han contribuido a tal extremo. Es obvio que, hoy por hoy, no se puede hablar de izquierda y derecha sino de VOX y el resto. Así de simple.

No obstante, reconociendo la funcionalidad de establecer dualismos, lo de Ceutí, a menos de un año de las elecciones, es exactamente lo que no queremos. Vender el alma al diablo por un sillón engañando a los vecinos y pactando con los que nos han traído hasta esta situación de crisis y ruina. Un mensaje para todos aquellos que un día los votaron: Hay esperanza y se llama VOX.