«El embrollo del Mar Menor», artículo de opinión de José Ángel Antelo

Lo más triste del Mar Menor no es lo que se sabe sino lo que se ignora. López Miras ha provocado una guerra civil del nitrato contra el fosfato, pretendiendo que el nitrato se corresponde con la agricultura y el fosfato con el alcantarillado municipal y el saneamiento de aguas residuales de su competencia.

¿Cuál es el objetivo del gobierno regional con esta maniobra? No hacer el ridículo con el premio de campeón mundial en saneamiento y depuración. Una medalla que el presidente murciano se ha otorgado a sí mismo y luce vanidoso ante otros caciques autonómicos cuando se reúnen en festines y repartos para esquilmar contribuyentes.

Es lamentable que no sepamos la verdad sobre mediciones de vertidos o presencia de contaminantes en el Mar Menor, sus concentraciones y distintas procedencias. Todo lo que hay son especulaciones a partir de “modelos” con apoyo en algunos puntos de muestreo, insuficientes y poco representativos. Nada se sabe realmente acerca de un balance hídrico para el Mar Menor sobre el que se pueda montar un cuadro de mando que permita tomar decisiones acertadas.

Y sobre esa incertidumbre, una ocultación deliberadamente mantenida, se ha propagado un falso relato con proporciones de leyenda negra contra el Campo de Cartagena. La mortandad de los peces, la sopa verde, la presencia de bacterias, la pestilencia, los lodos, pozos ciegos, el aterramiento de golas, el arrastre de sedimentos por escorrentías, y toda, absolutamente toda la porquería que llega al Mar Menor es culpa de la agricultura y sus prácticas contradictorias con la Agenda 2030.

Ante tantas acusaciones mezquinas los agricultores han protestado en masa, ofreciendo información correcta y colaboración institucional. Pero disfrazados de Nitrato-Halloween, los alcaldes culpables del vertido municipal y la prensa beneficiada con propinas, se han unido al gobierno regional (que tapa todas sus chapuzas legales con nitrato) para aterrorizar a la sociedad civil y a los profesionales que trabajan en el Campo de Cartagena.

López Miras pronto va a comprobar (el CEMOP se lo dirá por lo bajini) que la careta y la saya del miedo ya no funcionan en la Región de Murcia. La propia ESAMUR reconoce que no controla las aguas residuales en el Mar Menor, el PP da por perdidos los votos del sector agrícola-ganadero, el gobierno regional está descolocado por intereses mediáticos y su propia golfería, el campo de Cartagena mira a VOX como única esperanza, y cualquier alianza con el PSOE está condenada a ser irrelevante. Alcaldes, gobierno, prensa: todos paralizados de miedo ante lo que se les viene encima en el mes de mayo.

José Ángel Antelo, presidente VOX Murcia.