El hazmerreír del Ayuntamiento de Pamplona con el 0,8% del presupuesto en cooperación exterior

El presidente de VOX Navarra, Emilio Jiménez, afirma que la cooperación al desarrollo “no es una competencia municipal” y que “más del 60% de lo presupuestado se pierde en estructuras y sueldos”. Defiende que el Ayuntamiento de Pamplona debe centrarse en atender las demandas propias de la ciudad

El hecho de que el Ayuntamiento de Pamplona destine el 0,8% de su presupuesto a la cooperación al desarrollo no es motivo de presumir, sino todo lo contrario”. Así reacciona el presidente de VOX Navarra, Emilio Jiménez, después de que el Ayuntamiento de Pamplona anunciara el pasado 15 de febrero haber alcanzado dicha cifra y ser referente en cooperación internacional entre las entidades locales, según la evaluación realizada por el consultor externo Pedro Surja. Teniendo en cuenta que el presupuesto global de la ciudad es de 253 millones en 2022, la cifra para cooperación al desarrollo estaría en torno a los 2 millones de euros para alcanzar ese 0,8% del presupuesto.

Para Jiménez, esos datos son “motivo de escarnio público y nos convierten en el hazmerreír a nivel nacional, porque significa que destinamos menos recursos para nuestros propios ciudadanos”. Deja claro que “VOX no está en contra de la cooperación internacional”, sin embargo, esta debe ser “una competencia única e indelegable del Gobierno de la nación para evitar que se produzcan solapamientos de funciones”.

No se puede vigilar el destino de estas subvenciones

Jiménez expone que “ni el Gobierno de Navarra, ni el Ayuntamiento de Pamplona, ni ninguna otra administración que no sea el Gobierno central deben dedicar estructuras, con los funcionarios que ello supone, a gestionar estas ayudas, dado que no tienen la capacidad de vigilar el destino final de estas subvenciones”. Lamenta que “más del 60% de lo presupuestado se pierde en estructuras y sueldos”, de forma que “solo llega a los países de destino una irrisoria parte”.

La cooperación se demuestra con el dinero propio de cada uno, en base a su generosidad y principios, eligiendo qué cantidad dar y a qué entidad. Pero los concejales no son quienes para tomar esa decisión por los ciudadanos. Los recursos municipales deben atender las prioridades de la ciudad«, concluye.