Dos cuestiones son las que han centrado las críticas de VOX en torno al sistema vasco de garantía de ingresos: el mejorable control de beneficiarios y de que cumplían en todo momento las condiciones para ser perceptoras de las ayudas que correspondan y la conexión del sistema con el mercado laboral, de tal manera que el objetivo deseado fuera que las personas perceptoras de ayuda lograran desarrollar proyectos vitales ligados al trabajo y no a la percepción de ayudas en exclusiva.
Amaia Martínez, parlamentaria vasca de VOX, recuerda que “el papel lo sostiene todo, y este proyecto de ley también, por supuesto. Pero habrá que ver cómo se resuelven ambas cuestiones en el debate que va a tener lugar en el Parlamento Vasco y en el consiguiente desarrollo normativo. Y, de partida, nuestro escepticismo es notable”.
VOX lleva tiempo denunciando tanto el descontrol como la desconexión y “desde el Ejecutivo no hemos percibido interés alguno en adoptar las medidas necesarias para evitar fraudes que se siguen produciendo, para que no haya personas que asuman como un salario de por vida ayudas que deberían tener un principio y un final, que han de tener como objetivo atender situaciones de máxima necesidad, no cronificar la supervivencia ligada a la percepción de ayudas”.
Amaia Martínez entiende que, vistos los precedentes, “este proyecto de ley suena a canto de sirena, y habrá que ver en qué queda cuando se someta a debate y discusión en la Cámara legislativa”.
Añade que Lanbide “es poco más que un registro de personas empleadas y paradas”, una entidad en la que hacer cursos de formación y que apenas contribuye a la empleabilidad de las personas, lo que convierte a este organismo en una de las razones de la desconexión entre renta de garantía de ingresos y mercado laboral.
“Consideramos que hay que trabajar para que las ayudas sean efímeras, para que quien las percibe supere con rapidez y garantías su situación de necesidad… de ahí que opinemos que es en la generación de oportunidades y riqueza la clave, más que en la concesión de ayudas que en no pocas ocasiones se perpetúan en el tiempo”.
Por otro lado, VOX se fija como objetivo en la tramitación del proyecto de ley aportar racionalidad a la incorporación de la perspectiva de género como línea transversal del proyecto de ley, y pondremos en tela de juicio la creación de nuevas entidades ligadas al mismo, como el Consejo Vasco para la Inclusión, “más gasto interesado, superfluo y prescindible. Absolutamente innecesario”.
