Fascistas con coleta y chanclas de hippie, por Javier Barneo

Yo, que soy afiliado y militante de VOX, que estoy auto informado y no me he dejado manejar por los manipuladores de la historia antigua y reciente de este país, decidí ser de derechas y pertenecer a VOX.

Anteriormente ya militaba en otro partido en el cual llevaba años, pero vi el resurgir de mis ideales, de mi concepción de patria, del concepto de familia, de nuestras costumbres de vida, todo ello reflejado en el ideario de este nuevo partido, que más que un partido político es un movimiento social, que llega a la gente y a través de ellos, a todos los rincones de España. 

Lo que exponía este partido era lógico, ¡es pura lógica!, lo que cualquier persona decente y  con dos dedos de frente pensaría. Todos en lo más profundo de sí, saben que lo que estoy diciendo es cierto. Quien siendo un español de bien no cree en la unidad de este país o en la familia como centro neurálgico de la vida de las personas. En la prioridad de los españoles ante la inmigración ilegal, sin papeles, orquestada y organizada por grandes mafias y con la intención, no sólo de no incorporarse en nuestra cultura, sino además de imponernos la suya. 

Quién con algo de criterio propio, no cree que es lo mismo la agresión de un hombre a una mujer como la de una mujer a un hombre o de un hijo a sus padres o a sus abuelos. 

Yo creo que deben ser juzgados con la misma dureza, las personas que cometan delitos sea cual sea su género. Quién no cree que hoy en día las comunidades autónomas son una carga económica para este país que no le deja respirar. Quién no piensa que la duplicidad administrativa nos está llevando a la muerte económica. Quién piensa que no se debe de gobernar desde miles de kilómetros de España, perdiendo nuestra libertad y nuestra soberanía. ¿Alguien en su sano juicio no cree que Puigdemont debería estar en la cárcel? 

¿Alguien que sea consciente de lo que es un país, de lo que es una nación, no cree que los golpistas que atentan contra la libertad que todos hemos luchado por tener, debe de cumplir sus condenas?

¿No es lamentable que haya millones de españoles en el paro? Cómo se puede pensar y no rasgarse las vestiduras en las colas del hambre, o en las miles de familias que hoy en día no tienen ni para llegar a final de mes.

Pues a estos problemas VOX le pone trabajo, le pone decisión de convicción en el pueblo español. Somos capaces de superar esto con una buena dirección sabiendo desde donde salimos y adonde queremos ir.

España debe de ser de nuevo una gran nación puntera económicamente, culturalmente y democráticamente estable y sobre todo libre de comunismo. Libre de intereses progresistas, que solo quieren hacer de nuestra nación un país republicano bananero y arruinado. Por desear esto algunas personas me llaman fascista, extrema derecha… no, ni soy fascista, ni soy de extrema derecha, soy de derechas. Creo en el libre mercado, creo en una economía sostenida por el trabajador y por el empresario y sobre todo creo en la fuerza de mi país para ser capaz de relanzarse.

Pero ¿qué es un fascista?

El fascismo es una ideología, un movimiento político y una forma de gobierno de carácter totalitario, antidemocrático y ultranacionalista de extrema derecha.  El término «fascismo» proviene del italiano fascio, y este a su vez del latín fascēs, que alude a los signos de la autoridad de los magistrados romanos.

Por tanto, ni yo ni VOX pueden ser fascistas, porque somos demócratas fervientes defensores de la Constitución y del Estado Español del medio de vida actual. 

Más bien el fascista es aquel que, desde su casoplón, desde su poltrona, creada entre la mentira y la ausencia de la vergüenza, agita su antigua coleta al viento. Del progresismo más cercano a la dictadura comunista.

No será que estos nuevos ejecutivos de chanclas hippies, que pasean gracias a la traición del PSOE a sus votantes por llegar a la Moncloa dando lecciones de democracia, en realidad son traidores a la libertad y al modo de vida español.

¿Por qué soy de VOX?  Simplemente porque creo en España.

Javier Tomás Barneo Anguita