Ignacio Blanco: “Una Asturias de la mano de España es posible, una Asturias de deriva identitaria no tiene futuro”

“Si hay España, es Asturias. Y si algo es Asturias son sus gentes, del ayer, del hoy y del mañana. No tiene ningún sentido adoptar una identidad impostada, regada por ambiciones políticas, que busca un rédito personal, que no colectivo”
El portavoz y diputado de VOX en la Junta General, Ignacio Blanco, ha asistido esta tarde al Pleno institucional del Día de Asturias que se celebra en la Junta General del Principado de Asturias.
Intervención completa de Ignacio Blanco:
La Asturias de hoy es resultado de siglos de historia. Asturias, no es nuestra, ni de nuestros antepasados, tampoco de los que nos sucederán, mucho menos de sus políticos. Porque Asturias no es un proyecto concluido, un proyecto que no tiene fin, depende de muchos, los de hoy y los del mañana, asturianos y no.
La Asturias de hoy nada tiene que ver con la de los castros de hace siglos, tampoco con la Asturias romanizada durante cinco siglos. Jinetes astures llegaron a defender la muralla de Adriano.
Un vecino de Gijón poco tiene que ver con los visigodos que sucedieron a los romanos, ni una vecina de Oviedo comparte costumbres con el rey Pelayo. Unos asturianos que en aquel momento luchaban por la libertad que les pretendía arrebatar el invasor musulmán.
Una Asturias cambiante, un cambio inducido por los asturianos, que tras luchas de poder entre Quiñones, Quirós y Miranda finaliza con los Reyes Católicos y con una Junta General del Principado dominada por las familias nobles. Hoy ya no queda ninguna de esas familias en esta Junta. Los asturianos, que no Asturias, lo decidieron así.
Unos asturianos que influyeron decisivamente en el devenir de España, tanto dentro como fuera. Pedro Menéndez de Avilés, Adelantado de la Florida, Gonzalo Díaz de Pineda, conquistador del Perú, Francisco Cuervo, fundador de Albuquerque. O más tarde José del Campillo, los condes de Campomanes y de Toreno, Jovellanos o Flórez de Estrada, entre otros muchos, que buscaron modernizar la sociedad española sin desestabilizarla.
El también asturiano, Juan Pérez Villamil, redactó el 2 de mayo de 1808 lo que hoy conocemos como el Bando de Móstoles o de la Independencia, desembocando más tarde en el levantamiento popular el día 9, que llevó a la Junta General a declarar el día 25 la guerra a Francia.
Los últimos 200 años de Asturias son los años de emigrados e inmigrados. Unos encontraron su destino fuera, en Hispanoamérica muchos de ellos, otros lo encontraron en Asturias, que creció entorno a la industria atrayendo a numerosos españoles en busca de trabajo (andaluces, extremeños, leoneses, cántabros, vascos, gallegos…) y cuyos descendientes son hoy parte fundamental de la población asturiana.
Todo eso fue Asturias, una Asturias que ya no es hoy, pero que es su resultado. El resultado de las luchas diarias de los asturianos, de sus anhelos, de sus deseos, de su trabajo diario. Ellos ya no son la Asturias de hoy, ni serán la del mañana, pero Asturias también son ellos.
Esta historia y su belleza natural nos brinda una agradable sensación de pertenencia. Es fácil caer en la tentación de reivindicar Asturias, como región histórica con identidad única, pero convertirlo en un objetivo político es una temeridad con fatales consecuencias como sociedad.
Si hay España, es Asturias. Y si algo es Asturias son sus gentes, del ayer, del hoy y del mañana. No tiene ningún sentido adoptar una identidad impostada, regada por ambiciones políticas, que busca un rédito personal, que no colectivo.
Recientes declaraciones, de acentuado carácter nacionalista excluyente parecen querer conducir a nuestra región por ese tortuoso camino. Un camino que nunca quisieron recorrer ni los asturianos ni Asturias.
El presidente del Principado se adentra en esa peligrosa senda de la identidad excluyente. Un recurso propio de incapaces. Decía recientemente ‘no admito que gente que no hace política aquí nos diga lo que tenemos que hacer’. No se refería a un extraterrestre, se refería a un diputado nacional, rematando esas declaraciones con un ‘Asturias es dueña de su destino’.
Por el contrario, la segunda institución de la región, el presidente de esta cámara en su mensaje institucional de los 40 años de autonomía en Asturias dice ‘el estatuto de autonomía es norma institucional básica, huye de egoísmos identitarios,[…]’.
¿Con que nos quedamos? Con ‘huir de egoísmos identitarios’, o con ‘Asturias es dueña de su destino’.
Me gustaría analizar esta frase de la primera institución de nuestra región ‘Asturias es dueña de su destino’. Pues, su autor promueve una innecesaria reforma del Estatuto de Autonomía, en busca de mayor autogobierno y forzar la oficialidad de la llingua. Tal parece que el futuro estatuto de autonomía será fortín de egoísmos identitarios.
¿A qué Asturias se refiere? ¿De qué destino habla?
No se refiere a los asturianos, se refiere a Asturias. Con un paro juvenil a la cabeza de Europa, ¿son estos jóvenes dueños de su destino en Asturias? No, lo son fuera de Asturias debido a que las políticas socialistas de los últimos 40 años han destruido su posibilidad de futuro en nuestra región.
No nos equivoquemos, la tierra, la región, no son dueñas de nada, ni siquiera de su destino. Asturias ni siente ni padece. Asturias no sufre, sufre un asturiano.  No enferma Asturias, enferma un asturiano, Asturias no piensa en su futuro, un asturiano sí. Asturias no sangra, sangra una asturiana. Asturias no tiene problemas para pagar la luz o llegar a final de mes, un asturiano sí. Asturias no soporta listas de espera en la sanidad, una asturiana sí. Asturias no tiene preocupaciones, una asturiana sí. Asturias no emigra cuando pierde su puesto de trabajo o no lo encuentra, un asturiano sí. Asturias no entierra a un familiar, una asturiana sí. Asturias no es dueña de su destino, los asturianos sí, en Asturias y fuera de Asturias.
Son miles los asturianos que ya no tienen ligado su destino a Asturias, que ligan su destino al de Madrid, Barcelona, o Sevilla, Nueva York, Londres, o México, porque es la tierra la que liga su futuro al de sus ciudadanos, no al revés.
Asturias ya está aislada política, geográfica y económicamente, debemos contribuir a acabar con ese aislamiento, y no contribuir a acrecentarlo. Una Asturias de la mano de España es posible, una Asturias de deriva identitaria, no tiene futuro alguno.
Somos mayoría los que reivindicamos esta extraordinaria tierra, pero sin destacar las diferencias con los demás, porque Asturias no tiene destino, el destino es de los asturianos, los de aquí y los de allá, los que se van y los que vienen, los que están y los que se fueron. No se dejen  engañar por quienes pretenden que una tierra imaginaria determine su futuro. El futuro de esa tierra y la suya propia depende de ustedes mismos.
Finalmente, quiero felicitar a todos los asturianos en este día de Asturias, que tengan feliz día de la Virgen de Covadonga, y por supuesto, no puedo dejar de tener un emocionado recuerdo con todos los asturianos que nos dejaron este último año, sus familiares y amigos, que incluso no pudieron despedirse de ellos, así como los que perdieron su modo de vida por inexplicables decisiones políticas.
A todos ellos les deseo lo mejor.
Muchas gracias.