El tripartito de Gobierno balear —PSOE, Unidas-Podemos y Més per Mallorca— ha votado en contra de la comparecencia del consejero de Educación, Martí March, por el caso de los chicos expulsados del colegio La Salle de Palma por mostrar una bandera española. March se ahorra así cualquier explicación de la actuación de inspección educativa gracias, también, a la abstención de Ciudadanos. El tripartito y Cs han tumbado en la Junta der Portavoces del Parlamento de las Islas Baleares la solicitud de comparecencia presentada por el Grupo de VOX. Mientras tanto, el ejecutivo de Armengol ha puesto la abogacía de la comunidad al servicio de la profesora de catalán que originó el conflicto. Aun así, VOX cuanta aún con la petición de copia del informe de la Consejería que debe ser entregado por March. Este nuevo caso de opacidad en el seno del Gobierno balear —en esta ocasión con la connivencia del partido de Inés Arrimadas— se produce el mismo día en el que Armengol ha encajado un duro varapalo del Parlamento europeo que certifica en un informe que en el caso de las menores tuteladas prostituidas se produjo «encubrimiento político».
El diputado portavoz de VOX en el Parlamento de las Islas Baleares, Jorge Campos, ha lamentado que «ante una cuestión grave que preocupa, que ha provocado quejas formales de los padres y que ha trascendido al ámbito nacional, estos partidos impidan que March dé explicaciones. Dicen de sí que son el Gobierno de la trasparencia… es la trasparencia más opaca que he visto. El Gobierno de Armengol no da cuenta ni de este ni de todos los desastres de sus consejeros».
En este caso en concreto, Campos ha sostenido que la izquierda pasa «un rodillo antidemocrático en las instituciones. Quieren silenciar a la única oposición. Nuestra democracia peligra».
