El monolito en conmemoración a los caídos solamente republicanos durante la Guerra Civil y el Gobierno de Franco en el cementerio de La Cartuja de Zaragoza «abre nuevas heridas de un pasado que ya se crecía reconciliado», critica Carlos Rodrigo, Diputado Portavoz de VOX en DPZ.
Gracias a Ley de Memoria Histórica socialista, concretamente a la postura del PSOE DPZ, dueño del Cementerio, las heridas se han vuelto a abrir.
El pueblo zaragozano tras 45 años de democracia tiene que experimentar de nuevo el odio que algunos siguen guardando a lo que en su momento fue una de las dos Españas. Que nadie quiso más que políticos descerebrados como los de la Segunda República y comunistas. «La sombra del ciprés es alargada», como escribió nuestro insigne literato Miguel Delibes. Y nos es para menos. El permiso por erigir un monumento que discrimina a parte de la sociedad aragonesa y, en definitiva, española.
Más cuando se están derribando Cruces de los Caídos dedicadas a unos y a otros sin parangón. Con el ánimo de unificar sentimientos para no repetir una atrocidad como fue la perpetrada entre los años 1936 y 1939. Y que abocó en una dictadura.
Lleva todo ello a diferenciar, de nuevo, entre unos y otros. Y en gobiernos con el signo político como el actual (PSOE), beneficiar a solamente parte de una sociedad que ya estaba unida y había superado las rencillas del pasado.
Pues bien, el monolito al que VOX DPZ hace referencia está situado a la izquierda, cómo no, de la entrada principal del cementerio mencionado. En la linde de un jardín, frente a un edificio de nichos. Bien destacado.
Para vergüenza de la Historia en igualdad. Y para el sufrimiento de muchos que visiten a sus difuntos, algunos posiblemente revolviéndose en sus tumbas ante tal ignominia.
