Los presupuestos del Ayto Pamplona imitan las políticas de la izquierda

Despilfarro en mantener el continuismo con las políticas de la izquierda: cooperación exterior (donde más de la mitad se pierde en estructuras y sueldos), Agenda 2030, restricciones a la movilidad de los pamploneses y aumento de la administración paralela. Así son los presupuestos de Enrique Maya

La vicepresidenta de VOX Navarra, María Estévez, define como «cobardes» los presupuestos elaborados por el Gobierno municipal de Enrique Maya en Pamplona, dado que «incluye numerosos gastos superfluos que imitan las políticas de la izquierda«. Como ejemplo, señala «el aumento de la administración paralela», en un contexto en el que «el resto de ayuntamientos de España están eliminando sociedades y patronatos». Estévez se refiere a la nueva sociedad del servicio de asistencia domiciliaria, donde «van a enchufar a más personal a dedo sin que repercuta en una mejor calidad del servicio».

Perjudican a las clases medias y trabajadoras

Del mismo modo, también define como «superfluos» a los 100.000 euros para la Oficina del Voluntariado o a los 290.000 euros para la nueva Oficina Estratégica Agenda Urbana. «Esta estrategia va a perjudicar a las clases medias y trabajadoras, imponiendo restricciones absurdas a la movilidad y reduciendo plazas de aparcamientos. Obligan a los ciudadanos a pagar más impuestos en base a ser ecológicos, cuando lo cierto es que las emisiones de CO2 en Europa se han reducido un 20% en los últimos 15 años. Es flagrante que el Gobierno de Maya presuma de que va a recaudar 500.000 euros más debido a la ampliación de la zona azul. Si quieren ser tan verdes, que subvencionen la compra de vehículos eléctricos. Si reducen plazas de aparcamiento, en consecuencia deberían reducir el recibo del impuesto de circulación», esgrime.

No a la falsa cooperación exterior

Por último, Estévez considera «escandaloso y una burla a los pamploneses» destinar 1,5 millones de euros en «una supuesta cooperación exterior, siendo que esta no es una competencia municipal». «Más de la mitad de este dinero se pierde en estructuras y sueldos de las entidades que se aprovechan de la buena fe de los vecinos. Apenas llega una tercera parte a los países de destino», argumenta. A su vez, incide en que «cada ciudadano puede donar voluntariamente en el ejercicio de su libertad a quien considere, pero la administración no es quien para tomar esa decisión con el dinero del contribuyente». «¡Qué fácil es ser solidario con el dinero de los demás!», concluye.