“Memoria histórica, Historia impuesta” es el título de la jornada con la que VOX celebra el segundo aniversario de su llegada al Parlamento Vasco, dos años marcados por la involución democrática del Gobierno Vasco y de los partidos que lo apoyan, por el apartheid al partido al que representa Amaia Martínez, por el avance en la construcción nacional vasca facilitada por un PSOE cómplice.
A pocos días de que el Congreso de los Diputados apruebe su ley de Memoria Democrática “con las vergonzosas aportaciones de EH Bildu para considerar dictadura la transición y los primeros gobiernos de nuestra reciente democracia”, y a semanas de que el Parlamento Vasco apruebe su ley de Memoria Histórica y Democrática, VOX organiza una jornada para la reflexión y el debate, para la defensa de la verdad frente a la construcción de memoria, de verdades impuestas.
Desde las 10 de la mañana del sábado 9 de julio, en el Palacio Europa se hablará de “manipulación histórica en el ámbito educativo, de la imposición de una verdad previamente construida, de la ley vasca para la desmemoria y del vergonzante pacto de Sánchez con EH Bildu para acercar la historia a los reprobables intereses de secesionistas violentos”.
Amaia Martínez, parlamentaria vasca de VOX, será la encargada de abrir la jornada. Compartirá espacio con Ernesto Ladrón de Guevara (Unidad Hispanista), con Iván Vélez (Fundación DENAES), Daniel Guardiola (Asociación César Velasco) y con Iñaki Arteta, protagonista de una mesa de debate sobre imposición de historias falsificadas.
Y en representación de VOX también estarán presentes Iván Espinosa de los Monteros, portavoz nacional del partido en el Congreso, y Ana Velasco, vicesecretaria nacional de Relaciones Institucionales y víctima de ETA, organización criminal que condiciona la vida de todo un país, España, desde finales de los 50, pero que ni aparece en el proyecto de ley a punto de ser aprobado en la Cámara de Vitoria.
“Representamos a la resistencia ante la imposición de medias verdades y mentiras. La historia ha de ser el fruto del análisis imparcial de acontecimientos, relatos y vestigios, no de la reinterpretación de nuestro pasado, del que se eliminan las partes más molestas para construir un relato contra el que pretenden que no haya disenso. Es esto lo que pretenden, imponer qué ha de ser recordado y qué borrado de la memoria colectiva. Y ahí VOX no va estar jamás”, resume Amaia Martínez.
