El secretario general de VOX, Javier Ortega-Smith, ha visitado hoy Melilla tras sufrir numerosos intentos de saltos a lo largo de esta semana en los que más de 800 inmigrantes subsaharianos han conseguido llegar a suelo nacional. “Se trata de un capítulo más de la historia de Melilla, ya que no se dota de los medios a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado para poder frenar estas avalanchas”, asegura el secretario para añadir su recuerdo a los casi el medio centenar de agentes que “han sido agredidos en estos saltos”.
Ortega-Smith ha denunciado el abandono del Gobierno español a los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil, que no disponen de los medios ni efectivos necesarios para hacer frente a los intentos de los inmigrantes por llegar a la ciudad. Además, ha solicitado ante los medios en rueda de prensa la instalación de un muro para proteger las fronteras españolas y afirma que la presión migratoria que sufre Melilla es fruto de la colaboración de las mafias con varios gobiernos africanos, el Gobierno de Marruecos y la huelga de brazos caídos del Ejecutivo central.
Los últimos saltos han estado protagonizados por los garfios con los que los inmigrantes escalan la valla para “luego agredir a nuestros agentes”. «Estos inmigrantes no son pobres refugiados que sufren en sus países, son jóvenes preparados militarmente, muy organizados, que saben perfectamente por dónde y cómo acceder a la ciudad». «Esto no es como en Ucrania, donde el pueblo está sufriendo por culpa del tirano Putin. Esto es tráfico de personas en colaboración con los gobiernos», remarca Ortega Smith.
“Es una frontera vulnerable, puesto que, de los 12 kilómetros del perímetro fronterizo, tan solo 800 metros tienen los medios físicos adecuados, con la estructura necesaria que evita realmente los saltos”, recalca el secretario general. “El resto esta demostrando que no sirven absolutamente para nada”, subraya el dirigente.
Por todo ello, solicita el despliegue de las diferentes unidades del Ejército para poder frenar la llegada de más inmigrantes ante el efecto llamada del Gobierno español que lanza el mensaje de que una vez que lleguen al territorio nacional no van a ser devueltos a su país.
