Posición del GPVOX en Aragón sobre el cambio climático, ante la petición de adhesión a la Comunidad #PorElClima.
El GPVOX ha manifestado públicamente y en reiteradas ocasiones su compromiso con la defensa del medio ambiente. De la diversidad biológica y de la integración armónica de las tareas humanas en el medio natural. Apostamos por la defensa de los ecosistemas y por un desarrollo económico e industrial no invasivo.
Sin embargo, detrás de la teoría catastrofista del cambio climático existen muchos intereses creados y no poca oscuridad.
Alarmismo climático
Sin negar que el registro de temperaturas muestra una tendencia al alza persistente son muchos los expertos en el clima que dudan de que sean factores antrópicos los responsables. La historia climática del planeta, documentada por medios científicos (registro fósil, volumen de agua en los océanos, etc.) revela que los ciclos climáticos. O de calentamiento y enfriamiento, se han sucedido muchas veces.
Muchos expertos consideran que el clima es un sistema caótico en donde la mayor influencia la ejerce la actividad solar. Unida a otros factores como las variaciones en la órbita terrestre, la radiación cósmica y los cambios químicos en la atmósfera. La actividad industrial humana, y muy especialmente, la utilización de combustibles fósiles, provoca contaminación ambiental. Estamos obligados, a reducir su uso. Y apostar por energías renovables. Pero la reconversión total a estas nuevas fuentes de energía es, según señalan los expertos, hoy por hoy, un proyecto inviable a corto plazo.
El alarmismo climático, sin embargo, jaleado por intereses económicos, no puede ser considerado como una evidencia. Todas las previsiones, expuestas en su día por los apóstoles del cambio climático, como Al Gore, a principios de nuestro siglo, se han demostrado falsas y todo el ruido que han provocado estas tesis agoreras no han servido más que como señuelo ideológico de algunos partidos.
Inundaciones y otros fenómenos
Las recientes inundaciones del Levante español son un fenómeno bien conocido y muy frecuente. A finales del XIX una gota fría provocó más de 700 muertes en Murcia y no faltaron periódicos que culparon de estas inundaciones ¡Al telégrafo!. La supuesta evidencia de que estos fenómenos serán cada vez más dañinos y más frecuentes, debido al cambio climático, es una hipótesis no demostrada que han dado por buena. VOX en Aragón no hará de esta teoría especulativa su bandera.
En VOX manifestamos nuestro apoyo a todos los proyectos orientados a mitigar las consecuencias desastrosas de las irremediables gotas frías. Desde siempre azotan al sureste español en el final de los cálidos veranos. Entendemos que es mucho más responsable a la hora de preservar nuestro medio natural. Sobre todo, la vida y haciendas de las personas. O proceder al desvío y represa de las aguas de las riadas. La limpieza de las riberas del río, la canalización preventiva de los lugares por donde puedan producirse avenidas y en definitiva, la prevención. Antes que rasgarnos las vestiduras con teorías puestas en entredicho por muchos climatólogos. Y que, en cualquier caso, de ser ciertas, requerirían de un pacto universal de todos los estados, especialmente de los más contaminantes, entre los que, por cierto, no se encuentra España.
La mayor parte del combustible fósil (carbón, sobre todo) que se quema en el planeta lo hace en países en vías de desarrollo. Y la mayor parte de emisiones de CO2 se dan en países superpoblados como China o la India. Aun dando por buenos los resultados de las investigaciones de los defensores del cambio climático. Que afirman que son causas antrópicas quienes lo causan. El alcance de las resoluciones que tomen las diferentes Comunidaes Autónomas, con el fin de paliar los efectos del cambio climático, no serían más que un minúsculo grano de arena en la inmensidad del océano.
Debemos reducir la contaminación y preservar el medio natural. Pero desde el grupo VOX sugerimos no asumir una teoría especulativa. En lugar de ello dedicamos nuestros esfuerzos a objetivos mucho más realistas y efectivos. Que aunque no puedan evitar este fenómeno recurrente del sureste de España, sí puedan, al menos, minimizar sus devastadores efectos.
Imagen que acompaña esta nota: «Vista de Zaragoza», cuadro de Juan Bautista Martínez del Mazo (1647) tras una ¿catástrofe climática?.
