«De mala fe» es como se puede considerar la disposición del presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, Sánchez Quero, a la hora de entregar el presupuesto del 2021 de la DPZ a VOX. «Fue tardío y no dejó tiempo a estudiarlo para su aprobación en Pleno», se queja Carlos Rodrigo, el diputado portavoz de VOX en la DPZ.
Entregado a siete días de la realización de dicho Pleno y de ese tiempo más de la mitad en festivo (días 24 a 27, ambos inclusive), la acción del máximo representante de la Diputación Zaragozana imposibilitó que VOX pudiera pensar en aportaciones y enmiendas al escrito.
Carlos Rodrigo afirma que además no se siguió el procedimiento habitual de aprobación presupuestaria, «como se hace en cualquier administración; incluido Ayuntamientos de pequeño tamaño».
Algo impensable, esto último, si tenemos en cuenta las amplias posibilidades y recursos de que dispone la DPZ con 169 millones de presupuesto anual.
De hecho, el diputado por VOX señala que el procedimiento habitual y correcto debería haber observado, primero, la entrega del presupuesto general a los diferentes grupos políticos. Después se da un plazo para su estudio por parte de dichos grupos. A continuación se preparan preguntas y enmiendas, para al final debatirlas y votarlas en Comisión. Por último, el resultado de la Comisión se lleva a aprobación en Pleno.
En cambio, «el presidente de la DPZ presenta las cuentas directamente a una Comisión extraordinaria y urgente, para que no se puedan estudiar ni debatir en dicha Comisión. Al final, para llevar directamente a aprobación en Pleno este presupuesto, sin dejar tiempo a preparar enmiendas. Por tanto se está yendo contra el derecho de poder fiscalizar con garantías desde la oposición». Hecho muy poco profesional y democrático, acaba calificando Carlos Rodrigo.