VOX alerta de la incapacidad del gobierno socialista para atajar la inseguridad en Granada

Beatriz Sánchez Agustino muestra su apoyo y solidaridad con los dos agentes que sufrieron el ataque en el Albaicín de un conocido delincuente con numerosas detenciones y urge a convocar la Junta Local de Seguridad.

El Grupo Municipal de VOX en el Ayuntamiento de Granada ha alertado del incremento de los actos delictivos en el Albaicín, un barrio en el que se han producido en los últimos días episodios violentos como la agresión a dos policías locales, así como ha denunciado el abandono de sus responsabilidades por parte del equipo de gobierno socialista.

Beatriz Sánchez Agustino, portavoz de VOX, ha mostrado «nuestro apoyo y solidaridad con los dos agentes que sufrieron el ataque de un conocido delincuente con numerosas detenciones por atentados y robos -tal y como los sindicatos policiales han denunciado- y que los propios albaicineros han señalado como autor de delitos y un comportamiento que genera inseguridad en el barrio».

VOX defendió en el Pleno ordinario de marzo del Ayuntamiento de Granada una moción para la protección y mejora del Albaicín, que fue rechazada por el gobierno socialista de Francisco Cuenca y Podemos. «La izquierda radical, lejos de ponerse de parte de los vecinos del Albaicín, intenta ocultar este tipo de delitos para esconder su incapacidad ante el aumento de la delincuencia que se extiende por las calles de Granada», ha incidido Beatriz Sánchez Agustino, para quien «urge la convocatoria de la Junta Local de Seguridad que coordine de manera efectiva a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado».

Tal y como explicaba la moción de VOX que PSOE y Unidas Podemos rechazaron, «en este barrio se viene sufriendo un incremento de la delincuencia provocando todo tipo de delitos como robos en viviendas y en comercios, atracos a vecinos, y a menores de edad, asaltos con arma blanca, agresiones, ocupación ilegal de viviendas, que eleva el riesgo de conflictos en el barrio, incluso el trapicheo con drogas en los alrededores de institutos», algo que la izquierda niega, pero que es la realidad diaria que padecen los albaicineros.