Francisco José Alcaraz, diputado de VOX por Jaén en el Congreso, ha defendido el cultivo del olivar tradicional tras su visita a varias fincas de la provincia cuyo sistema de producción es el cultivo tradicional. “El olivar tradicional jiennense es un modo de vida que cuida la naturaleza y arraiga a la población a la tierra”, ha manifestado. Al mismo tiempo, ha destacado este sistema de cultivo como ejemplo de sostenibilidad: “Más de 1.500 años de historia olivarera tradicional -que ha convivido con la naturaleza propia de la zona- demuestran que satisface las necesidades del presente sin comprometer las del futuro y garantizan el equilibrio entre crecimiento económico y cuidado del medio ambiente”.
Sin embargo, este sistema de cultivo se enfrenta a un importante desafío que puede significar su propia subsistencia. A los graves problemas que aquejan al mundo rural, el olivar tradicional jiennense debe añadir además la diferencia entre el coste de producción del sistema tradicional frente al superintensivo. No obstante, ASOLITE ha publicado este 2024 unos interesantes datos que arrojan mayor eficiencia del olivar tradicional en cuanto al uso del agua con respecto al olivar superintensivo en seto: “2,33 hectáreas (ha) de olivar tradicional consumen lo mismo que 1 ha de olivar superintensivo en seto; 2,33 ha de olivar tradicional producen 16.310 kg de aceituna frente a los 12.000 kg con la misma cantidad de agua que usa el olivar superintensivo; 2,33 ha de olivar tradicional producen 3.425 kg de aceite frente a los 2.040 kg con la misma cantidad de agua que usa el olivar superintensivo”.
A juicio de Alcaraz, los datos anteriores “son muy reveladores y, unidos a ciertos parámetros de calidad y características nutricionales del aceite producido por un sistema de cultivo u otro, podrían ser la respuesta a la supervivencia del olivar tradicional jiennense, ya que ponen de manifiesto algunos factores diferenciadores que le generan un valor añadido respecto a otros sistemas de cultivo”. Es el caso, por ejemplo, de los compuestos fenólicos, relacionados con la calidad del aceite de oliva virgen (extra) puesto que contribuyen a sus propiedades organolépticas (como el picor y el amargor), así como a su composición nutricional y terapéutica.
La Universidad de Córdoba ha publicado un estudio cuyo objetivo es caracterizar la composición fenólica del aceite de oliva y evaluar los factores que pueden influir en su contenido. El análisis de los resultados correspondientes a la campaña 2017-2018 muestra que el aceite de oliva obtenido a partir de fruto recolectado en zonas geográficas cultivadas por encima de 400 metros sobre el nivel del mar generalmente contiene mayor concentración fenólica que el aceite producido en zonas situadas a menor altura. “Este aspecto” -ha subrayado el diputado Francisco José Alcaraz- “significa un valor añadido para el olivar tradicional de la sierra jiennense”.
Otro de los factores destacados en esa investigación que puede influir en la mayor concentración de fenoles apunta a las zonas geográficas en las que se producen aceites multivarietales. Si bien es cierto que en Jaén predomina la variedad autóctona picual, también es cierto que convive con otras; algunas autóctonas, como la royal de Cazorla, la manzanilla de Jaén y la carrasqueño de Alcaudete, y otras foráneas, como la arbequina, la picudo y la hojiblanca. “Este aspecto diferenciador puede reforzar también la conservación de las fincas olivareras tradicionales de nuestra provincia”, ha aseverado Alcaraz.
Por último, el diputado de la formación de Abascal ha asegurado que “estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano para hacer viable el olivar tradicional, característico de nuestra tierra y ejemplo de la resistencia de nuestros olivareros ante la Agenda 2030 y el Pacto Verde que buscan destruir el mundo rural. Porque queremos tener la libertad de elegir de qué modo queremos vivir, en VOX seguimos apostando por nuestro olivar tradicional”.
