En Madrid, a 19 de abril de 2023
El Grupo Municipal de VOX no sólo ha mostrado su predisposición a negociar, sino que como en toda negociación que se precie ha estudiado las modificaciones presentadas por el Área, capitaneada por Ciudadanos, y ha presentado sus correspondientes condiciones y puntos de partida para llevar a cabo la misma.
La respuesta del Área, que ha sido la misma desde el principio, fue comenzar la última reunión ratificando la postura de “no mover ni una coma de la modificación presentada”, sin duda una de las mejores actitudes para llevar a buen puerto cualquier negociación.
En pocas palabras, lo único que se ha buscado por parte del resto de grupos y, muy especialmente de VOX, es una aceptación y voto afirmativo sin discusión, ni negociación alguna, lo que coloquialmente se conoce como “son lentejas”.
En sus últimas declaraciones el delegado del Área ha optado directamente por acusar a VOX de todos los males que se supone van a derivarse de no apoyar ciegamente estas modificaciones, pareciendo que antes de las mismas no existieran unas Normas Urbanísticas, nunca se hubiera construido en Madrid, nunca se hubieran otorgado licencias de obra y así un largo etcétera, hasta llegar a la “ley de la selva” por la cual tendremos una cocina industrial en cada portal y esquina de la ciudad… por culpa de Javier Ortega.
Sería humorístico, sino fuera por lo que representa, la soberbia de un equipo de gobierno que, igual que ha ocurrido con los cantones de limpieza, trabaja en función de sus propios intereses políticos y cálculos electorales, olvidando el objetivo principal de un Ayuntamiento; mejorar la vida de sus vecinos y esto es algo muy serio.
En una cosa tiene razón el delegado del Área de Desarrollo Urbano ahí, en esas formas impositivas de negociar y esas maneras caciquiles de gobernar, no va a encontrar a VOX.
