La naviera Baleària anunciaba el pasado mes de marzo la llegada a sus rutas en Melilla de uno de los barcos más avanzados de su flota, el Hypatia de Alejandría, lo que suponía una apuesta definitiva por la ciudad. Pero “no solamente el barco llegó defectuoso, sino que hace unos días la compañía decidió cambiarlo por uno de categoría inferior sin previo aviso”, afirma Rafael Ginel, vicepresidente de VOX Melilla.
Pero este problema, no es más, que un añadido a la situación existente en la ciudad en cuanto a conexiones con la península se refiere. “Nos enfrentamos todo el tiempo a suspensiones, falta de vuelos, overbookings que parecen planeados, retrasos, barcos con camarotes en precarias condiciones, suciedad en los buques y un largo etcétera”, asegura VOX Melilla.
“Hay veces que salir de la ciudad es una auténtica aventura a ver qué te encuentras en el medio elegido, pero esta problemática no acaba de arreglarse a satisfacción de los melillenses”, sentencia la formación de Ginel. “Los melillenses nos sentimos engañados otra vez”.
Tras el revuelo generado en la ciudad con este cambio “a peor” de una de las conexiones de Melilla con la península, y el colofón final con el brote de COVID-19 conocido hoy en esta misma naviera en plena temporada alta, VOX Melilla se pregunta “¿Dónde está la labor reguladora y de control del gobierno local?”. “No quisiéramos decir ineptitud, pero resulta que esta queda de manifiesto una vez más”, añade.
