Llevamos veinticinco años de retraso respecto a cualquier pueblo de la Península en organizar nuestra ciudad al estilo europeo peatonalizando las calles, una red de transporte urbano eficaz, arbolado y ajardinado de las zonas urbanas. Además, de la electrificación del parque móvil y la sostenibilidad de las fuentes de energía. “Seguimos quemando fuel en el centro de la ciudad para producir electricidad y dando vueltas en coche a partir de las ocho de la tarde no se sabe muy bien para qué”, asegura José Miguel Tasende, presidente de VOX Melilla.
Por otro lado, dedicamos espacios naturales como la pista de carros a “vertederos incontrolados y chabolismo”, recalca Tasende para añadir que las colonias de ratas y las manadas de perros “completan el panorama y lo mismo ocurre con los cauces de los ríos”.
“Caminamos por aceras mal pavimentadas, sorteando la basura que se acumula sobre todo en las proximidades, no en los interiores, de los contenedores”, subraya el dirigente local. Además, las avalanchas de residuos flotantes “toman el sol en las playas” durante las semanas siguientes al temporal de lluvias recientemente vivido.
Además, es palpable que las pocas veces que las autoridades tratan estos temas, invitan a las asociaciones ecologistas “para posteriormente no aplicar lo que piden”. “Lo hacen porque no les importa nada, les dejan hablar y no los escuchan”, recrimina el presidente de VOX Melilla.
El resultado de todo esto es una ciudad “áspera y agresiva”, donde la naturaleza es desplazada como una componente indeseable de la vida social. Desde VOX Melilla “nos hemos comprometido a plantar 120 árboles por cada 100 que estos adoradores del cemento talen en Melilla”.
