El Grupo de VOX en el Ayuntamiento de Palma ha exigido el cese de la responsable de Comunicación del área de Urbanismo, Maria Llull.

VOX pide al alcalde y lleva al Pleno de Palma el cese de la jefa de Comunicación de la concejal Neus Truyol que ha convocado una manifestación contra el acto de VOX en Inca de este sábado

El Grupo de VOX en el Ayuntamiento de Palma ha exigido el cese de la responsable de Comunicación del área de Urbanismo, Maria Llull.

El Grupo de VOX en el Ayuntamiento de Palma ha exigido el cese de la responsable de Comunicación del área de Urbanismo, Maria Llull. Llull es cargo de confianza de libre designación de la concejal Neus Truyol (Més per Mallorca). Así lo ha anunciado el concejal de VOX Sergio Rodríguez que pide el cese al alcalde socialista José Hila y que ha registrado al respecto una proposición que se elevará al Pleno del consistorio el próximo 26 de mayo. Llull ha convocado una manifestación «antifascista» (y lo ha anunciado en sus redes sociales en horas de trabajo) a las puertas del IES Miquel Duran i Saurina el próximo sábado al mediodía, coincidiendo con la celebración del Día de la Familia que VOX celebra en el recinto escolar. Se trata de una paella popular que cuenta con la autorización del Ayuntamiento de Inca así como del director del IES y de la Consejería de educación.

En la moción de VOX se expone sobre Maria Llull que «sus continuas polémicas, insultando a políticos y periodistas, han traspasado todos los límites aceptables cuando, desde su cargo público, ha promovido un acto de acoso contra una celebración de VOX en Inca, coincidiendo con el Día de la Familia. Incitar al odio y la violencia en un evento al que acuden niños, mayores y familias al completo es una irresponsabilidad, además de una indignidad impropia de alguien que vive de nuestros impuestos, incluso de aquellos a los que insulta, ataca y amenaza». Se pide el cese ya que «este consistorio no puede permitir que su buen nombre, y el tantos técnicos y profesionales, se siga viendo embarrado por los improperios de una activista fanática que se aprovecha de su condición de alto cargo para sembrar el odio a costa del erario municipal, envolviendo en polémicas estériles la evidencia de su nula actividad laboral».

Rodríguez ha señalado que «es inadmisible que con dinero público y en horario laboral se convoquen escraches que son muestra del índice de nerviosismo y de odio de esta gente contra los partidos democráticos. Con dinero público no se puede colocar a militantes radicales que incitan al odio, al enfrentamiento y a la violencia».