El presidente de VOX Pontevedra, Álvaro Díaz Mella, ha advertido de los preocupantes datos, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Xunta de Galicia, que apuntan a una bajada histórica de la natalidad en la ciudad olívica.
A la vista de la situación, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, debería de ser el primero en exigir al gobierno de Pedro Sánchez y al Ejecutivo autonómico medidas efectivas para paliar esta lacra social. Sin embargo, «no está en las prioridades del regidor vigués” ha lamentado Díaz-Mella.
Por todo este asunto, el presidente provincial de VOX ha instado al alcalde a poner en marcha un Plan de fomento de la natalidad para Vigo con medidas concretas con el objeto de aumentar el número de neonatos en el municipio. Porque, ha recordado el presidente provincial, «el Ayuntamiento vigués cuenta con los medios necesarios para ayudar a paliar esta situación».
En este sentido, Díaz-Mella ha propuesto la adopción de medidas fiscales atractivas -ayudas directas, préstamos y rebajas fiscales, en función del número de hijos- o la implantación de campañas con el propósito de calar en la opinión pública, con charlas informativas en centros educativos sobre la gravedad de la pérdida demográfica, y cómo les afectará a los jóvenes en el futuro.
Y es que, según los datos oficiales, durante todo el año 2022, sólo se han producido 3152 nacimientos en Vigo, lo que supone un mínimo histórico de recién nacidos.
Para el presidente provincial de VOX “es preocupante que en la ciudad de Vigo haya ya el doble de perros- concretamente 46.000 –que, de niños, lo que demuestra la falta de políticas efectivas de fomento de la natalidad”.
Además, Díaz-Mella ha criticado que todas las administraciones (Gobierno Central, Xunta de Galicia y Ayuntamiento de Vigo) «son los responsables de esta lamentable situación que se ha convertido en uno de los principales problemas en Galicia, con una caída demográfica sin precedentes”.
Finalmente, el presidente de VOX Pontevedra ha recordado que Vigo es el motor económico de Galicia y que, con la caída sostenida de la población en la ciudad, «toda la comunidad gallega acabará sufriendo las consecuencias de este declive».
