El Grupo Parlamentario VOX en el Parlamento de Andalucía ha registrado una Proposición No de Ley (PNL) en la que reclamará el apoyo de todos los grupos parlamentarios para que la Junta inicie los trámites para declarar como Bien de Interés Cultural (BIC) la imagen de la Virgen de la Esperanza Macarena, “por su valor artístico, histórico, antropológico y devocional dentro del patrimonio cultural andaluz” y que es “profundamente venerada por miles de fieles y admirada universalmente como exponente supremo de la imaginería religiosa”.
Así lo ha anunciado la parlamentaria de VOX por Sevilla, Ana Ruíz, quien ha recordado que “la Macarena no es únicamente un referente espiritual, sino también un fenómeno cultural y antropológico”, hasta el punto de ser “una de las imágenes marianas más reconocibles a nivel mundial” y cuya importancia “trasciende a la propia concepción religiosa, pues se trata de un auténtico icono reconocible en prácticamente cualquier lugar del mundo”, a pesar de lo cual “no cuenta aún con la protección jurídica y cultural que merece”.
Como ha señalado Ruíz, la declaración como BIC de la Macarena “otorgaría un marco normativo adecuado para garantizar su preservación, su tutela legal y su difusión como parte inseparable del legado histórico andaluz”, al tiempo que “aseguraría impedir futuras intervenciones que no cumplan los requisitos mínimos de objetividad científica y artística”.
Según la parlamentaria de VOX, la declaración como BIC de la Esperanza Macarena supondría, además, “un gesto de respeto y compromiso institucional con un símbolo que encarna, como pocos, la historia, la fe y el arte de España”.
Cabe recordar que esta figura legal ha sido ya concedida a otras imágenes devocionales de relevancia en reconocimiento no solo a su valor artístico, sino también a su función como ejes vertebradores del fervor popular y las creencias de una mayoría de andaluces, la memoria colectiva, la identidad cultural y la cohesión social en España. Entre estas, cabe destacar la Virgen del Rocío, de Almonte (Huelva), que obtuvo esta protección en mayo de 2022.
“Protección legal y museográfica” de la Macarena, y “colaboración institucional” con la Hermandad
De esta manera, la Proposición No de Ley registrada por VOX también reclama al Gobierno de la Junta “realizar un informe técnico-artístico completo, en coordinación con expertos en imaginería, historia del arte, antropología y conservación patrimonial, que justifique la singularidad de la imagen, su estado de conservación y las medidas necesarias para su protección legal y museográfica”.
Así mismo, también se reclama a la Junta de Andalucía que, “en coordinación” con la Hermandad de la Macarena, se facilite “un proceso de colaboración institucional que respete los derechos canónicos, de propiedad y custodia religiosa de la imagen, asegurando la plena compatibilidad entre la tutela patrimonial pública y el ejercicio legítimo del culto”.
El origen de la Macarena
La Virgen de la Esperanza Macarena destaca no solo por su profunda expresividad barroca, sino también por su relevancia artística e histórica. Esta talla anónima, datada entre 1654 y 1700, mantiene características formales vinculadas al círculo de Pedro Roldán y posibles piezas de Cristóbal Pérez, como la asimetría facial y el peculiar cuello en “V”, elementos que permiten situar la obra dentro de una corriente artística definida. Su origen, por tanto, lo enmarcamos en uno de los periodos más trascendentales de la historia del arte en España: el Barroco sevillano del siglo XVII, una etapa de esplendor artístico sin precedentes.
Con su delicada asimetría facial, su mirada profunda y su policromía, la Macarena responde a los ideales estéticos y teológicos del Barroco tridentino, alineándose con una producción escultórica que, aunque diversa en escuelas y acentos regionales, compartía el propósito común de hacer visible lo invisible a través de la imagen sagrada.
La Macarena: símbolo de Sevilla y de la religiosidad popular
Desde su origen, la talla de la Virgen de la Esperanza ha sido objeto de veneración constante, de estudios históricos y artísticos, de inspiración literaria, musical y estética. Su coronación canónica en 1964, presidida por el entonces cardenal Bueno Monreal y acompañada de una multitud sin precedentes, consolidó su papel como símbolo de Sevilla y de una religiosidad popular que ha sabido mantenerse viva superando incluso las épocas más oscuras de España y la persecución religiosa del Frente Popular durante la II República, cuando se quemaron y destrozaron numerosas imágenes con una pérdida terrible de arte sacro.