Han sido publicados los datos de matriculaciones de vehículos en Vinaroz.
En el pasado mes de octubre se matricularon 45 turismos, 11 motocicletas, 6 furgonetas y 2 camiones. Con relación a los12 meses anteriores, la matriculación total ha aumentado un 1,45%.
Un aumento es lógico teniendo en cuenta muchos lugares de trabajo y los polígonos comerciales e industriales se ubican a las afueras de la ciudad.
Además, los jóvenes que al cumplir la mayoría de edad consiguen el carné de conducir suelen adquirir un coche de segunda mano. Los vehículos de segunda mano no están incluidos en las cifras de matriculaciones porque no se trata de vehículos nuevos. Es decir, que en realidad el aumento de vehículos que circulan por las calles de Vinaroz es mayor.
Y frente a esto, ¿Qué está haciendo el actual equipo de gobierno? No aportan soluciones, complican la normal circulación de coches y e ignoran la necesidad de aparcamientos. Toman decisiones importantes sin preguntar a los vinarocenses que sufren las consecuencias de sus decisiones.
- Sustituyen un carril de la carretera de la Zona Sur por un carril-bici. Y pretenden hacer lo mismo en la Zona Norte.
- Eliminan aparcamientos cada vez que remodelan una calle. Como es el caso de la Calle San Gregorio y la Calle Santa Magdalena. O como quieren hacer en la Avenida País Valencià y en la Avenida Libertad.
El objetivo está claro: quieren restringir el tráfico de vehículos en el núcleo urbano, como planean hacer en la calle Socorro, donde ya no hay posibilidad de aparcar.
A todo esto hay que recordar que las arcas municipales también se nutren del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica, más conocido como Impuesto de Circulación.
En definitiva, lo que se está haciendo desde el Ayuntamiento de Vinaroz es seguir todas y cada una de las directrices de la Agenda Urbana 2030 que aprobaron todos los partidos políticos que actualmente conforman la corporación municipal.
No entendemos, ni compartimos la toma de decisiones que afectan al estilo de vida de la ciudad sin preguntar a los vecinos, y se oponen a la ingeniería urbanística que se quiere imponer desde instancias extranjeras ajenas a su realidad y que afectan a la libertad de movimiento con vehículo propio en situaciones tan cotidianas como aparcar en la puerta de la casa, a la puerta de un comercio o usar el coche para cualquier desplazamiento por la localidad.
