Un hedor constante

Hace unas fechas, vinieron a pasar unos días a Gandia, unos amigos residentes en Cartagena. Buena gente, que quiere disfrutar, no solamente de la playa, sino que además son amantes de la buena mesa, y al mismo tiempo tienen inquietudes culturales. Así es que después de hacer la obligatoria parada en el Palacio Ducal, y mientras nos disponíamos a dar un paseo por el Paseo de Germanias (que por cierto, sigue con el mismo aspecto de suciedad y dejadez que le caracteriza), a uno de los allí presentes se le ocurrió proponer hacer una visita a la Casa de Cultura de Gandia. Se anunciaba a la entrada una muestra pictórica de Antoni Miró.  La curiosidad por ver en qué consistía la exposición hizo que encamináramos nuestros pasos hacia el interior del citado espacio cultural. Y claro, la sorpresa fue mayúscula. Nada más entrar nos encontramos con un lienzo, de enormes dimensiones (114×324 cm) ocupando toda una pared con banderas esteladas y enseñas catalanistas, con una palabra «INDEPENDENCIA».

Mis amigos cartageneros, me miran, se sonríen y me dicen: «¿pero andáis así por aquí?»  «Pensábamos que estábamos en la Comunidad Valenciana, no en los Paíssos Catalans».

Para aclararlo todo, ya está el edil de Cultura, del Ayuntamiento de Gandia Joan Muñoz, afirmando que: «el artista ha expuesto su obra, de los últimos años, y nosotros no somos quién para censurar nada, siempre que el que exponga no incluya nada ofensivo.»

¡Ay, sr. Joan Muñoz, la tan socorrida y mal entendida libertad de expresión!   Esa libertad de expresión que con frecuencia, no es más que la purulenta secreción de almas rencorosas que siembran el odio y la discordia, componiendo el Estado Mayor de la intolerancia.

Esa misma banal excusa de la libertad de expresión, que utiliza el Presidente de la Generalitat, el sr. Ximo Puig, para gastar 110.000 euros de dinero público, para ensalzar una muestra en Valencia del mismo pintor el sr. Antoni Miro en la que además de escenas de sexo explícito se ensalza el independentismo.

Ese independentismo, que ustedes señores del Ayuntamiento de Gandia, favorecen dando subvenciones a entidades pro-catalanistas como es el Casal Jaume I, en el cual se cuelgan en sus balcones lazos amarillos, en apoyo claro y evidente de unos políticos presos.

El sectarismo y la hipocresía por parte del Ayuntamiento de Gandia, es una vez más muestra evidente de la pleitesía que quieren tener para con sus socios de gobierno, los chicos de Compromis. Y es que la intencionalidad ideológica e identitaria, a la vista de la exposición del citado cuadro, no es más que el ensalzamiento de unos presuntos valores que quedan fuera del marco constitucional, y que sólo pretenden satisfacer a una tendencia política, la izquierda radical y antisistema.

Y es que la política valenciana apesta a corrupción, cinismo y mentiras, ¿o es que, también bajo el paraguas de esa mal interpretada «libertad de expresión», el Ayuntamiento favorecería una muestra que ensalzase el racismo, la xenofobia o el fascismo?

El valenciano y por ende la ciudad de Gandia, es un pueblo acogedor, en el que el autoritarismo y el sectarismo deben quedar al margen. La sociedad valenciana ha dado muestras en múltiples ocasiones de su profundo sentido democrático en el que los movimientos secesionistas, han quedado reducidos a grupúsculos totalmente minoritarios y extremistas.

Esta tierra, siempre ha sido muy sabia, muy solidaria y muy española. Valencia vive en el siglo XXI, no quieran señores del Ayuntamiento de Gandia, hacernos creer en un debate de supremacías y odios propios de 1840

No me queda sino afirmar que VOX, en el caso de entrar en el Ayuntamiento gandiense, retirará las subvenciones a entidades pro-catalanistas, defendiendo las señas de identidad y la cultura valenciana, dejando al margen cualquier movimiento que intente sembrar la discordia y que promueve la confrontación.

Con VOX, otro Ayuntamiento es posible.

Fdo. Pedro Abad Lázaro

Coordinador de VOX en Gandia