- La senadora de VOX, Paloma Gómez Enríquez, ha criticado la utilización electoralista del 8M y denuncia la violencia contra las mujeres en países islámicos mientras el PP y la izquierda la ignoran.
La senadora de VOX, Paloma Gómez Enríquez, ha intervenido hoy en el Senado para responder a una moción presentada por el Grupo Socialista sobre el 8 de marzo, en la que se solicitaba fortalecer las políticas de igualdad entre hombres y mujeres. En su discurso, Gómez Enríquez ha denunciado la utilización electoralista del feminismo y la hipocresía de la izquierda en esta materia.
En su intervención, Paloma Gómez ha señalado la doble moral de los socialistas y sus socios de la izquierda. «Mientras, la mano derecha de Sánchez se sentaba en el sillón del Congreso para votar junto con sus compañeros del Partido Socialista en contra de la prostitución, ojeaba al mismo tiempo un catálogo de escort, mientras Errejón y Monedero encabezaban las manifestaciones del 8M», ha señalado.
En esta línea, ha criticado la postura del Partido Popular en esta materia, señalando que “el PP se dedica a celebrar el Ramadán apoyando y fomentando la religión islámica en los ayuntamientos de España».
Gómez Enríquez ha recordado la situación de las mujeres en países islámicos y la contradicción de la izquierda con este tema: «Mientras los países musulmanes se dedican a asesinar a mujeres por no llevar velo, aquí en España, Podemos es férreo defensor y Esquerra Republicana los plasma inclusive en un cartel del 8M, mientras miles de mujeres temen salir a la calle solas por la noche, miles de violadores salen de las cárceles campando a sus anchas por las mismas».
Para la senadora, el feminismo está siendo utilizado como una herramienta ideológica y electoralista “para poder rebañar”. Sin embargo, Gómez Enríquez cree que “el feminismo envuelto en sectarismo ideológico está muerto» y que “el discurso wok de una izquierda identitaria moralizante y censora ya no vende”.
Finalmente, Gómez Enríquez ha concluido su intervención con un mensaje contundente: «Las mujeres estamos cansadas del feminismo radical, del feminismo cuya doctrina presenta al hombre como el enemigo, de ese feminismo que ridiculiza el concepto de familia tradicional, del feminismo que intenta condicionar el comportamiento de las mujeres bajo la pena de ser acusadas de machistas”.