El grupo parlamentario de VOX quiere acabar con el señalamiento al que la Generalitat está sometiendo a los alumnos que se están examinando estos días de la Selectividad. Por ello, ha registrado en el Parlament una propuesta en la que exige que se cumpla el auto del 7 de junio en el que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña acordó que los exámenes de selectividad sean entregados en castellano, catalán y aranés para que cada alumno pueda escoger el idioma que prefiera.
“Las pruebas de acceso a la universidad (PAU) son cruciales para el futuro académico de los alumnos catalanes que se presentan. Desde VOX vamos a velar porque todos los estudiantes catalanes puedan realizar sus exámenes en igualdad de condiciones y sin ningún tipo de discriminación que pueda influir negativamente en su resultado”, ha declarado el diputado Manuel Acosta.
La propuesta pide también acabar con la práctica actual y tendenciosa que establece que sólo se reparta el ejemplar del examen en castellano a aquel alumno que lo solicite. Una práctica que acaba señalando al alumno y vulnerando sus derechos. “La libertad en el uso de las lenguas oficiales en toda España es un principio básico de nuestro ordenamiento jurídico”, ha insistido Acosta.
El texto presentado se fundamenta también en el reciente auto del 3 de septiembre el TSJC que advierte al Consell Interuniversitari de Cataluña que las instrucciones a los tribunales de las PAU dando preferencia a la entrega a los alumnos de los exámenes en catalán quedaron suspendidas y ordena que se dicten nuevas instrucciones a los presidentes de los tribunales de las PAU en esta convocatoria de septiembre para que no se identifique a los alumnos, cualquiera que haya sido su opción lingüística ni se anote la elegida.
Por ello, la propuesta de VOX insiste en que se acaten los autos judiciales y se establezca nuevas instrucciones para que los tribunales de las PAU repartan los exámenes en las tres lenguas oficiales.
Esta iniciativa se suma a una larga lista de iniciativas impulsadas desde que VOX irrumpió en la cámara catalana para velar por la neutralidad lingüística e ideológica en las universidades.
