Sobre el luto y la democracia

Resulta paradójico que los mismos que han burlado e impedido el luto durante meses para protegerse de los españoles y han atacado los cimientos del Estado de Derecho culpen a la oposición de hacer precisamente lo mismo.

Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y el resto del Gobierno entraban este miércoles al hemiciclo vestidos de negro (ahora sí), con el rostro compungido (ahora sí) y con mascarilla (ahora sí). Una performance en toda regla que comenzó horas antes con la proclamación del «mayor luto oficial de la historia de la democracia».

La función continuó poco después cuando Iglesias acusó a la oposición de no respetar el luto oficial y de poner en riesgo la democracia. Más de dos meses y 40.000 españoles muertos después, Moncloa decidió que era buen momento para dar el pistoletazo de salida a la enésima campaña propagandística de Iván Redondo con sus satélites mediáticos como leales voceros.

Resulta paradójico que los mismos que han burlado e impedido el luto durante meses para protegerse de los españoles y han atacado los cimientos del Estado de Derecho culpen a la oposición de hacer precisamente lo mismo. Cualquier español recordará las imágenes del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, riendo a carcajadas en el Congreso de los Diputados durante los momentos más duros de la pandemia.

Decía Iglesias que “estaba en juego la democracia” y por una vez el vicepresidente estaba en lo cierto. La suspensión de libertades públicas, la persecución a los españoles que disienten del discurso oficial, los ataques al poder judicial desde el poder ejecutivo y  las purgas en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado por parte de este Gobierno suponen una amenaza sin precedentes para nuestro sistema democrático.

Su único plan para España pasa por empobrecer a los españoles para que estos no sean autónomos. Quieren que la supervivencia de las familias, ya no la prosperidad, dependa de las ayudas de este gobierno socialcomunista, que publicita rentas mínimas mientras aún más de 900.000 trabajadores no han cobrado ni una sola de las prestaciones por ERTE.

Está en juego la libertad, la prosperidad y la democracia. Algunos han creído que pueden pisotear la ley, las instituciones, el poder judicial y a la Guardia Civil. No lo vamos a permitir. No nos van a detener ni sus amenazas ni sus intentos de censura.

No olvidemos nunca lo que nos han hecho. Por la memoria de los fallecidos, por el futuro de nuestros hijos y por la salud de nuestros mayores. No olvidemos nunca lo que nos han hecho. No puede quedar impune su crimen contra la salud, la prosperidad y la libertad de los españoles.