El consenso progre del Parlamento Europeo no descansa. En otra estrambótica propuesta de resolución publicada este viernes, los grupos mayoritarios –incluido el Partido Popular– y sus aliados de extrema izquierda han pedido a la Unión Europea buscar una fórmula para bloquear la presidencia rotatoria húngara del Consejo, prevista en el segundo semestre de 2024.
Concretamente, estos grupos se preguntan cómo el Gobierno de Viktor Orbán –el más votado de toda la Unión en proporción a su población y que no para de cosechar mayorías absolutas– podrá dar continuidad a la “agenda de la UE” o respetar los “valores consagrados” en los Tratados, “en vista de su incumplimiento de la legislación de la UE, así como el principio de cooperación leal”. Por ello, la mayoría del consenso pide al Consejo que “encuentre una solución adecuada lo antes posible”. De no ser así, amenaza con que “el Parlamento podría tomar las medidas adecuadas si no se encuentra esa solución”.
Aunque el Parlamento Europeo no es pionero desafíando y chuleando a un Estado miembro, sí es la primera vez que va tan lejos como para deslizar que se prohiba a un país asumir la presidencia rotatoria del órgano que reúne a los Veintisiete. Ello a pesar de que sería un incumplimiento flagrante de los Tratados, precisamente lo mismo de lo que acusa al Gobierno húngaro.
Desde VOX, su portavoz en la Eurocámara, Jorge Buxadé, no ha tardado en responder a este disparate. Según denuncia, con esta moción “los burócratas de Bruselas dan un nuevo paso en el proceso de toma de poder y de destrucción de las instituciones de la Unión Europea”. Es decir, “son los propios burócratas federalistas los que ponen muy en riesgo el futuro de las instituciones tal y como las conocemos”.
Ante ello, recuerda que “es absolutamente imprescindible que en las próximas elecciones europeas de 2024, los partidos conservadores, los partidos reformistas y los partidos que queremos recuperar la verdadera Europa tengamos el mejor resultado posible, nos convirtamos en la fuerza hegemónica y pongamos sentido común en esta alocada deriva de los burócratas de Bruselas”.