Las enmiendas de VOX fuerzan a la extrema izquierda a votar contra sí misma

La imposición de la religión verde en la mayoría de los informes que se presentan ante las instituciones europeas tiene su freno en el sentido común de la delegación de VOX en la Eurocámara. El último caso sucedió ayer, cuando la comisión de Agricultura del Parlamento Europeo aprobó el informe del eurodiputado de Los Verdes, Francisco Guerreiro, sobre la política de cohesión y regional en la lucha contra el cambio climático. Curiosamente, con su propio voto en contra gracias a las enmiendas presentadas por la eurodiputada de VOX, Mazaly Aguilar. 

Estas enmiendas, que desmontan los tópicos más repetidos y recurrentes de los ecologistas radicales fueron adoptadas por una amplia mayoría, plasmando así la coherencia en las políticas agrarias europeas. La defensa de la producción de carne o el papel esencial de la ganadería europea como sumidero de carbono son algunas de las propuestas incluidas en las enmiendas de la eurodiputada de VOX. 

Estos cambios en defensa de la agricultura integrada o de precisión suponen un punto de inflexión en relación con las ideas para la transición hacia un nuevo modelo agroalimentario, al defender que la Comisión no puede centrarse únicamente en el desarrollo de la agricultura ecológica y marginar así otros modelos igual de sostenibles. En esta misma línea, las enmiendas presentan también un apoyo a la innovación y a las nuevas tecnologías en el mundo rural. 

La fuerza de estas ideas tuvo como consecuencia que el propio informe de los partidos de izquierdas fuera rechazado por sus propios ponentes. Una votación en contra y unas enmiendas apoyadas que hacen que sus esperanzas de consagrar la religión verde no prosperen contra el sentido común.