La inmigración ilegal es uno de los principales problemas de la Unión Europea. Afecta negativamente a los salarios de los trabajadores, fomenta el tráfico de seres humanos, acarrea enormes problemas de inseguridad, desdibuja la identidad de las naciones y crea serios problemas de convivencia en los barrios, principalmente en los más humildes, mientras las élites que promueven y financian este fenómeno viven tranquilos en urbanizaciones con vigilancia privada.
Uno de los pilares fundamentales de la acción de VOX en la Unión Europea es combatir esta inmigración y a las fuerzas que la patrocinan. Por ello, este lunes, la delegación de VOX en el Parlamento Europeo se ha sumado a una moción de resolución presentada por el eurodiputado sueco, Charlie Weimers, que pide a Bruselas lanzar una dura campaña disuasoria contra el conocido efecto llamada.
Dicha moción pide a la Comisión Europea que se adapte al siglo XXI y lance una campaña “de estilo australiano” para desincentivar en origen a los inmigrantes que estén pensando en cruzar nuestras fronteras de forma ilegal. Desde hace años, las autoridades australianas utilizan mensajes breves y directos contra las avalanchas inmigratorias, avisando a los ilegales de que no tendrán ninguna oportunidad en Australia, de tal manera que la inmigración ilegal en el país se ha reducido prácticamente a cero. La moción de resolución pide imitar esta exitosa estrategia en la Unión Europea, donde sólo el año pasado entraron entre 150.000 y 200.000 ilegales (más de 40.000 a través de España).
Todo ello, por supuesto, sumado a otras medidas que propone VOX en contra de la inmigración ilegal como controlar las fronteras de forma efectiva, mejorar las condiciones de los agentes fronterizos, perseguir a las mafias y las entidades que las apoyan, avanzar en políticas de expulsión y devolución inmediata, retirar la nacionalidad a los inmigrantes que delinquen o retirar cualquier ayuda a quien cruce la frontera de manera ilegal.
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