VOX, a través de su jefe de delegación en el Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, ha dirigido una contundente carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y a la comisaria para el Mediterráneo, Dubravka Šuica, denunciando los nuevos acuerdos que se están negociando en estos momentos con países del norte de África, específicamente con Marruecos, en materia de inmigración ilegal.
En su misiva, Buxadé denuncia que Marruecos ha recibido más de 11.500 millones de euros en inversiones de la Unión Europea a través de diferentes instrumentos financieros, así como otros pagos provenientes de Estados miembros como España. Estas aportaciones, lejos de cumplir con el objetivo de controlar las fronteras y reducir la inmigración ilegal, han sido utilizadas por el régimen marroquí para chantajear a la Unión Europea.
“La realidad es que Marruecos utiliza la inmigración como arma de presión contra la UE con éxito”, afirma Buxadé, recordando que, a pesar de las subvenciones, la tasa de ejecución de decisiones de devolución de nacionales marroquíes se sitúa por debajo del 10%, mientras que las llegadas a las Islas Canarias y al sur de España baten récords. Además, señala que Marruecos mantiene reivindicaciones territoriales ilegítimas sobre Ceuta, Melilla y las Islas Canarias, destinando más de 50 millones de euros a organizaciones que buscan desestabilizar estas regiones españolas.
Según información reciente, el régimen marroquí ha intensificado sus esfuerzos al anunciar una inversión de 50 millones de euros para reforzar su estrategia de reivindicación territorial sobre Ceuta y Melilla tras la celebración del Mundial de 2030. Esta maniobra incluye el fortalecimiento de asociaciones y acciones diplomáticas con el objetivo de debilitar la soberanía española en estas ciudades.
VOX exige que se ponga fin a estos acuerdos de “buena voluntad” que solo benefician a regímenes totalitarios y hostiles como el de Marruecos. “Es el momento de recuperar el dinero de los contribuyentes, defender nuestras fronteras y aplicar sanciones y aranceles contra quienes no actúan como socios fiables”, subraya.
La carta también insta a la Comisión Europea a replantear su estrategia y a utilizar el poder económico de la Unión en beneficio propio, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos.