La administración de Sánchez colapsa ante la tramitación de ERTEs y pensiones

La Administración se encuentra en un estado de severo colapso debido a las consecuencias derivadas de la pandemia así como a las producidas por una gestión incompetente prolongada durante meses.

La tramitación del IMV así como otras prestaciones que se abonaban en un plazo de dos semanas están encontrándose hoy con unos plazos que exceden los treinta días.

Esta situación de colapso en la tramitación de prestaciones así como una exigua respuesta de los organismos, desbordados en gran parte, amenaza también la tramitación de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de los trabajadores españoles, muchos de ellos abocados a la incertidumbre ante los planes del Gobierno, cuyas medidas dejarían fuera a más de medio millón de personas.

Pensiones y viudedad

La multiplicación exponencial que se ha producido en el número de solicitudes del IMV ha traído aparejado una ralentización de otros procesos tales como los relacionados con la jubilación o la viudedad, debido a la falta de previsión del Ejecutivo, que ha provocado retrasos en los pagos o tramitaciones, algo que ha afectado significativamente a muchas familias.

Este lunes, coincidiendo con la reunión que Sánchez mantuvo con la presidenta de la Comunidad de Madrid, fueron cientos los españoles que se acercaron a protestar contra el gobierno del paro y la miseria, que ha precipitado a miles de familias españolas hacia la precariedad y el desempleo.

 

700.000 trabajadores españoles aún en un ERTE

Actualmente, además, dando por buenas las cifras del Ministerio de Trabajo, son 700.000 los españoles que se encuentran sometidos a un ERTE. A ellos habrían de sumarse las 3.800.000 personas registradas como parados así como tener en cuenta la contracción que nuestra economía ha tenido en los últimos meses, algo que derivará en un incremento en el número de desempleados en un futuro no muy lejano.

La OCDE actualizó a mediados de agosto su índice compuesto de indicadores líderes (CLI) en el que se visualiza que, mientras el resto de países europeos han iniciado el camino a la recuperación económica, España no.

España, con un retroceso de 0,63 puntos en dicho índice, sigue una senda diferente al resto de países que componen la OCDE, pues todos ellos presentan indicios claros de recuperación mientras que, en nuestro caso, el país inicia el camino de la que puede ser, en palabras del vicesecretario de relaciones internacionales de VOX, Iván Espinosa de los Monteros, «la recesión más profunda y peligrosa que haya sufrido nuestro país desde la Guerra Civil».

Otro de los datos que ha contribuido a la generalización del pesimismo es la publicación, por parte del Instituto Nacional de Estadística, del índice de producción industrial de junio, que cifraba en un 14% la caída de esta actividad en nuestro país en ese mismo mes.