Redes sociales y verificadores: así controla el Gobierno la información

El vicepresidente de Acción Política, Jorge Buxadé, ha compartido con los electores algunas reflexiones en torno a la actuación de las ya conocidas como empresas “verificadoras” de información.

El político catalán ha sido uno de los miembros más importantes de la formación que se ha pronunciado poniendo en tela de juicio la “neutralidad” de estas empresas que, por una parte, están siendo favorecidas por el Gobierno y, por otra, cuentan con la aquiescencia de algunas de las grandes redes sociales como Facebook o Twitter.

De hecho, ha sido la formación verde la que, recientemente, ha presentado una iniciativa para que los principales responsables de estas agencias verificadoras (Newtral, maldita.es y la de la Agencia Efe) declaren en la Comisión de calidad democrática.

En 2015 la Comisión europea constituyó un grupo de trabajo con el Servicio Europeo de Acción exterior cuyo objetivo era, bajo el pretexto de los ataques “rusos”, combatir la desinformación. Tres años después, en 2018, este grupo de trabajo realizó un código de buenas prácticas firmado por los grandes conglomerados “globalistas” como Facebook, Twitter y Google. No fue votado por ningún ciudadano ni tampoco pasó por el parlamento europeo.

Con esta actitud, a juicio de Buxadé, se crea una “apariencia de legalidad” que es incumplida sistemáticamente y que, además, dota de amplios poderes a una Comisión y unas empresas multinacionales a las que los ciudadanos no pueden fiscalizar.

Aunque en este código de buenas prácticas se menciona la libertad de expresión y se proclama que los signatarios tienen que alejarse de cualquier tipo de influencia gubernamental para la verificación y la eliminación de contenido, en la práctica (como sucede con el caso de Newtral o maldita.es) y, al menos en el sistema mediático español, la “formalidad de la norma” se sortea con facilidad.

El grado de desconocimiento en las respectivas opiniones públicas y sociedades civiles de los diferentes países europeos llega a ser tan elevado que la proliferación de lo que Buxadé cataloga como “chiringuitos” se realiza con numerosa rapidez. En 2019, nos comenta el eurodiputado, se crea una base de datos en el espacio europeo en el que los estados informan de campañas de desinformación.

Como los ciudadanos permanecen ajenos y los partidos del “consenso progre” no están interesados en que esto cambie se ponen en marcha concursos públicos para verificadores que son los que terminan por nutrir de fondos a estas empresas que, con posterioridad, tratan de aleccionar a los españoles (fundamentalmente a través de la cadena La Sexta).

De esta forma, según lo explicaba Buxadé, se comprende el rápido éxito y la promoción de las dos principales agencias verificadoras españolas (Newtral y maldita.es), en manos de declarados periodistas de izquierdas.

¿Dónde queda pues el pluralismo ideológico e informativo de las sociedades democráticas? Mucho nos tememos que esta pregunta pueda responderse con una simple doble negación que tratan de imponer algunos de los periodistas de extrema izquierda más radicales de nuestro país.